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Tetrazolio en soja

Simiente de Soja: Nuevos Patrones en Gestión de Calidad por Tetrazolio

Publicado: 23 de abril de 2009
Por: R. M. Craviotto y M. R. Arango Perearnau. TA Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Estación Experimental Oliveros. Argentina
El Control de Calidad de la simiente de soja dispone de ciertas metodologías de laboratorio que nos permiten alcanzar un importante grado de confiabilidad en la toma de decisiones comerciales. No obstante, siempre es recomendable llevar al máximo el nivel de seguridad acerca de la calidad real del lote. Esto tiene como objetivo poder estimar su comportamiento una vez que ha sido sembrado en el campo. Debemos recordar que el lote de producción de semillas no es más que un inmenso ambiente de germinación donde no podemos controlar con precisión la gran mayoría de los factores que afectan la emergencia y el establecimiento inicial de las plántulas de soja. 

Entre los métodos empleados durante el proceso de control de calidad en soja contamos con la Prueba de Primer Conteo (erróneamente conocida como Energía Germinativa), la Prueba de Conteo Final (conocida como Poder Germinativo), la Prueba de Envejecimiento Acelerado y la Prueba Topográfica por Tetrazolio. Esta última es utilizada fundamentalmente para determinar Viabilidad. Como tal, este último atributo es de primerísima importancia y nos revela una serie de aspectos esenciales para conocer no solamente la calidad del lote particular, sino que también puede servir de guía para identificar otros fenómenos que pueden afectar a la semilla de soja.
El empleo de la Prueba Topográfica por Tetrazolio en soja ha acumulado mucho trabajo experimental en nuestro país, en Brasil y en EEUU. Sin embargo, las Reglas Internacionales de Análisis de Semillas editadas por la Asociación Internacional de Análisis de Semillas (ISTA), no ofrecen detalles mayores acerca de la realización de esta prueba para la especie soja (1). Una situación parecida acontece cuando se recurre a la obligada consulta de los Manuales de Tetrazolio editados tanto por la asociación mencionada como por la Asociación Oficial de Analistas de Semillas (AOSA) de Estados Unidos (2, 3). Ello no ha evitado que investigadores de Tecnología de Semillas de algunos países dedicaran mayores esfuerzos a la creación de patrones de viabilidad y de vigor específicos aplicados a semilla de soja (4, 5). Asimismo, el trabajo de algunos de ellos redundó en la elaboración de planillas de registro especiales que han sido una guía y continúan hoy aportando una herramienta de gran valor para el diagnóstico de calidad en semilla de soja (4).

La difusión de su trabajo ha tomado gran eco en Argentina, gracias a la labor desarrollada inicialmente por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y seguida luego por algunos laboratorios privados que comprendieron las ventajas del método ofrecido. Luego de numerosos años de práctica y difusión de esta técnica perfeccionada por técnicos de la Empresa Brasilera de Pesquisa Agropecuaria se considera de gran importancia realizar una modificación a la misma sobre la base de la experiencia acumulada en el proceso de investigación aplicada.

Es así que el objetivo del presente trabajo fue el desarrollo de nuevos patrones de viabilidad y vigor aplicados a la Prueba Topográfica por Tetrazolio en Soja que permitieran armonizar la confiabilidad, rapidez y precisión de los resultados con potencialidades personales del analista, a la vez que fuese de fácil adaptación al trabajo de rutina de un laboratorio de semillas. 


Materiales y Métodos
La definición de niveles de viabilidad y vigor establecidos en este estudio exigió la conformación de patrones que posibilitaron la clasificación de cada una de las semillas analizadas correspondientes a las distintas repeticiones de la muestra analizada. Los patrones elaborados debieron contemplar determinados intervalos o niveles dentro de los cuales se podía encontrar la mayor frecuencia posible de aquellos daños habituales en semilla de soja. Los daños considerados más frecuentes estuvieron representados por aquellos de origen mecánico, los provocados por la chinche y los ocasionados por el ambiente de producción. Para este último factor de deterioro se incluyó tanto a los daños con síntomas característicos bien patronizados como también aquellos otros daños resultantes de un estrés ambiental severo que guardan ciertas características de aleatoriedad en su manifestación sobre la semilla de soja (6).

Al mismo tiempo se consideró la ocurrencia de otro tipo de daño denominado "fracturas" que no se correspondía con aquellos síntomas claramente reconocidos como debidos a impactos mecánicos. La producción de anormalidades y/o deformaciones en diferentes estructuras de la semilla fueron adjudicadas a problemas de origen genético. Todos los daños mencionados fueron los que se tuvieron en cuenta para establecer el estado saludable y los distintos grados de deterioro que poseía la semilla en un sentido creciente desde el Nivel 1 hasta el Nivel 5. La ocurrencia de semillas duras también fue registrada aunque no representa en sí misma un daño debido a ningún factor del ambiente y/o manejo del lote de semillas.
La filosofía de trabajo para elaborar los patrones y los correspondientes Niveles de Viabilidad tuvo por objeto hacer simple la clasificación de cada una de las semillas y a su vez fácil de captar por el analista. La misma se basó en el concepto de "primera impresión o primera vista" que surge como consecuencia de la observación de la semilla individual por parte del operador. Por la práctica de este concepto se pudo comprobar que a ningún analista de viabilidad escapa, en cuanto a imagen mental se refiere, saber distinguir a priori (a primera vista) aquellas semillas de soja que se encontraban en estado perfectamente saludables (Nivel 1) de aquellas que manifestaban deterioro completo (Nivel 5). De tal manera que por esta vía se logró conformar dos grandes niveles de viabilidad, Viables Sin Defectos y No Viables como sujetos extremos del análisis. Como segundo paso el analista adquirió el reconocimiento de aquellas lesiones y/o defectos de la semilla que constituyen un "límite crítico" al concepto de viabilidad y siempre mediante la primera impresión las caracterizó como Viables Defectos Severos (Nivel 4).

Una vez que se conformó este otro nivel o categoría, todo otro defecto hallado fue evaluado en base a características de tamaño y/o superficie comprometida, profundidad y ubicación sobre la semilla. Para ello se contempló la división imaginaria de la semilla en 4 áreas consideradas con importancia creciente desde la número 1 (extremo distal de cotiledones) hasta la número 4 (área de unión eje embrionario y cotiledones). Para las áreas 1, 2 y 3 se consideró que la ocurrencia de un daño particular sobre la topografía de la semilla poseía un efecto equivalente así se ubicara en posición central o hacia dorsal o frontal de los cotiledones. Por tal motivo estas 3 áreas fueron denominadas como "áreas de indiferencia de deterioro". Por otra parte el área 4 fue evaluada como una unidad y por lo tanto los daños presentes fueron considerados con un peso mayor independientemente de su localización dentro de la misma. De tal manera que la localización de los daños en las áreas descriptas, su extensión y profundidad permitió la evaluación de las semillas y su categorización a primera vista de acuerdo a la presencia de defectos que podían ser considerados menores o mayores. Daños menores a simple vista conformaron la categoría de Viables Defectos Leves (Nivel 2) y los daños mayores al ojo del operador constituyeron la categoría de Viables Defectos Moderados (Nivel 3). Estos dos niveles incluyeron necesariamente a todos los casos individuales y combinaciones no incluidos en los restantes 3 niveles de viabilidad.

Los defectos hallados en los Niveles 2 y 3 fueron considerados como "Defectos No Excluyentes", con lo que se quiso significar la posible ocurrencia de estos daños en forma simultanea en una misma semilla. En este último caso se tomó la presencia del "defecto más severo" como el que definía la categorización de la semilla evaluada en uno u otro nivel. En este sentido el Nivel 2 correspondiente a semillas Viables Defectos Leves inicialmente podía poseer defectos menores en las áreas 3 y 4, mientras que las Viables Defectos Moderados incluyó a semillas con defectos mayores en las áreas 1, 2 y 3.
Las semillas del Nivel 4, categorizadas como Viables Defectos Severos, poseían daños habitualmente observados y que por su gravedad e incidencia sobre la germinación no se los pudo admitir como combinables. Esto significó que no fue tolerada su presencia en forma simultánea en una misma semilla y se los definió como "Defectos Mutuamente Excluyentes". Al mismo tiempo estos daños implicaron un nivel de deterioro que fue definido como "Punto o Límite Crítico" en cuanto el estado general de la semilla ponía en juego el proceso de germinación y/o la producción de una plántula que pudiese ser clasificada como Normal.
Las semillas con daños que habitualmente indican a simple vista un estado de deterioro evidente y avanzado fueron evaluadas como No Viables e incluidas en el Nivel 5.
La definición de Fracturas significó la ocurrencia de rajaduras transversales de la radícula que se hicieron visibles a través del tegumento. Si bien este daño podría tener un origen ambiental más que mecánico, se decidió diferenciarlo de ambos y consignarlo separadamente.


Resultados y Conclusiones
Esta forma de operación posibilitó conformar un análisis completo del lote y determinar el valor de Viabilidad por Tetrazolio. Por otra parte el método de registro permitió elaborar "paralelos de clasificación" de tal manera de poder asimilar los Niveles de Viabilidad a parámetros de nivel en el atributo de Vigor del lote. Así las semillas clasificadas como Viables Sin Defectos, Viables Defectos Leves y Viables Defectos Moderados posibilitaron definir los niveles de Vigor Alto, Medio y Bajo respectivamente.


El registro de las semillas Viables Defectos Severos pone en evidencia la fragilidad del lote en términos de germinación al indicarnos un límite crítico de ocurrencia del proceso. Este límite crítico implicaría la mayor exigencia de las semillas de este nivel por ambientes óptimos de germinación no solo en condiciones de laboratorio sino fundamentalmente de campo. En este último caso podría ocurrir una falla inesperada en la emergencia y aún del mismo proceso germinativo (5). Semillas con rajadura, a veces completa de radícula, podrían llegar a sufrir un proceso de "soldadura y/o injerto" de los tejidos de esta estructura, por lo que consideramos a dicho daño como un fenómeno de consecuencias erráticas sobre la germinación y que debería ser estudiado con mayor profundidad.
El método desarrollado nos ofrece, en el caso de ser necesario, realizar una identificación visual de los daños registrados e indicarlos en planillas de trabajo útiles en la rutina de laboratorio. Creemos que los patrones y niveles de viabilidad estudiados constituyen una herramienta mejoradora, más sencilla, fácil de recordar por cualquier analista, descriptiva de la diversidad embrionaria, flexibles dentro de un entorno de seguridad y adaptados a la resolución de determinaciones relativas tanto a la viabilidad como al vigor del lote de semillas de soja.

Fig. 1a - 1b: Patrones de Viabilidad y Vigor aplicados a la Prueba Topográfica por Tetrazolio en semilla de soja.

Simiente de Soja: Nuevos Patrones en Gestión de Calidad por Tetrazolio - Image 1
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Simiente de Soja: Nuevos Patrones en Gestión de Calidad por Tetrazolio - Image 2

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Fig. 2: Planilla de registro de datos del análisis para una repetición de 50 semillas.

Simiente de Soja: Nuevos Patrones en Gestión de Calidad por Tetrazolio - Image 3
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Agradecimientos
A los auxiliares y analistas del Laboratorio de Semillas de la Estación Experimental Agropecuaria Oliveros y Laboratorio Central del INASE que contribuyeron a la realización del ensayo
  
Bibliografía
  • (1) International Seed Testing Association. (2003). International Rules for Seed Testing. P.O. Box 308, 8303 Basserdof, CH - Switzerland.
  • (2) International Seed Testing Association. (2003). Ista Working Sheets on Tetrazolium Testing, Vol. II, Agricultural Species. P.O. Box 308, 8303 Basserdof, CH - Switzerland.
  • (3) Association of Official Seed Analysts. (2000) Tetrazolium Testing Handbook (ed. The Tetrazolium Subcommittee) Contribution Nº 29 to The Handbook on Seed Testing. Published by the Association, 1970.
  • (4) Franca Neto, J. de Barros; Costa, N.P.; Krzyzanowski, F.C. (1998). El test de tetrazolio en semillas de soja (Ed. Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuaria, EMBRAPA), Londrina, Pr. Brasil, 72p.
  • (5) Yalich, R.W.; Kulik, M.M. 1979. Evaluation of Vigor Tests in Soybean Seeds: Relationship of Standard Germination Test, Seedling Vigor Classification, Seedling Length, and Tetrazolium Staining to Field Performance. Crop Science, Vol. 19, March-April.
  • (6) Arango, M.R.; Salinas, A.R.; Craviotto, R.M.; Ferrari, S.A.; Bisaro, V.; Montero, M.S. (2004) Description of the environmental damage on soybean seeds (Glycine max L. Merr.). Seed Science and Technology, Vol. 33, Nº3.
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Autores:
Craviotto, Roque
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA
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