Cerdas Reproductoras se benefician de Enzimas que degradan NSP

Introducción:

Las cerdas reducen su consumo de alimento balanceado después del parto, lo que resulta en pérdida de peso substancial durante la lactancia y subsiguiente recuperación de peso luego del destete. La pérdida de peso de las cerdas durante la lactancia es un parámetro crítico, esencialmente considerado como indicador de riesgo y, por lo tanto, monitoreado de cerca por los porcicultores. Hay que evitar las alteraciones extremas en las reservas corporales debido a su conocido impacto sobre: reproducción, longevidad y duración del intervalo entre el destete y el estro de la cerda (Clowes, 2006; Close y Cole, 2000). Se estableció hace muchos años la relación entre la pérdida de peso de las cerdas y el tiempo necesario para que la cerda vuelva a presentar celo después del destete (Reese et al., 1982).

Datos recientes sugieren que el rendimiento reproductivo de las cerdas que pierden más del 12% de sus reservas proteicas será perjudicado, con más largo tiempo de espera después de la lactancia. Dicho impacto es aún más fuerte sobre las cerdas primíparas, y se recomienda evitar pérdida de peso superior al 5% de su peso inicial (Australian Pork Limited, 2005). Una cerda de 250 kg que baja más de 25 kg tendría alto riesgo de perder su rendimiento reproductivo. En la práctica, aumentar el consumo de energía, reducir la pérdida de peso corporal y grasa dorsal, y asegurar la producción máxima de leche, siguen siendo desafíos reales para los nutricionistas. Se puede examinar el problema bajo dos enfoques:

- Aumentar el consumo de alimento balanceado: una vez más, resulta muy difícil, pues las cerdas sufren cambios fisiológicos drásticos, lo que limita su potencial de consumo de alimento balanceado.

- Mejorar el valor nutricional del alimento balanceado mediante la selección de materias primas con elevado contenido de energía o utilizar en el alimento balanceado aditivos que mejoren la digestibilidad de los nutrientes.

Investigaciones anteriores con cerdos en crecimiento pusieron de manifiesto que las enzimas del alimento balanceado logran desplazar parte de la digestión de materia seca del intestino grueso al intestino delgado (Baidoo y Liu, 1998), lo que puede reducir el tiempo de tránsito, aumentando indirectamente el consumo de alimento balanceado (Yin et al., 2001). El equipo de investigación de Adisseo estudió si el suministro de enzimas que degradan los polisacáridos no amiláceos puede aliviar el impacto negativo del consumo de alimento balanceado de la cerda y su pérdida de peso durante la lactancia.

Experimento:

El producto enzimático sometido a prueba fue Rovabio Excel, obtenido de la fermentación de un único organismo no OGM Talaromyces versatilis, que contiene 19 actividades naturalmente compatibles (xilanasas, β-glucanasas y celulasas). Ya está ampliamente comprobado que este producto enzimático mejora con eficacia la digestión de compuestos poco digestibles en alimentos para todas las especies monogástricas, incluso lechones y cerdos en engorde.

Se probó el efecto de Rovabio Excel bajo diferentes condiciones y en distintos tipos de dietas. En todos los experimentos, las cerdas fueron agrupadas por número de partos y espesor de la grasa dorsal, para asegurarse de que sus condiciones corporales eran similares al inicio del ensayo. No se aplicó alimentación selectiva a ninguna camada en etapa inicial y se hizo adopción cruzada dentro de las 24 horas del nacimiento. Las camadas permanecieron intactas hasta el destete. Las cerdas fueron alimentadas lo mas próximo posible a libre disposición.

En total, se llevaron a cabo seis ensayos en distintos lugares con diferentes tipos de dieta, cada uno de ellos comparando un grupo de cerdas que recibían dieta estándar con otro grupo alimentado con la misma dieta + Rovabio Excel. Como el objetivo era aumentar el consumo de alimento balanceado, se añadió la enzima “on top” a las dietas que ya recibían las cerdas durante la fase de lactancia.

Se resumen los resultados de dichos ensayos en la Tabla 1. En todos los casos, no se observaron diferencias en tamaño de camada o peso de los lechones entre los controles y los tratamientos. El número de partos tampoco fue significativo.

Debido a la elevada variabilidad entre animales, las diferencias observadas entre los grupos de control y los tratados con enzima no siempre fueron significativas en cada estudio. Sin embargo, las pérdidas de peso en todos los grupos que recibieron enzima fueron siempre inferiores a las de sus controles respectivos. Cuando se reúnen todos los resultados para el meta-análisis, el efecto de Rovabio es estadísticamente significativo –reducción media en la pérdida de peso de casi un 20%, además del 24% menos de pérdida de grasa dorsal (Tabla 2). El equipo de investigadores asume que la suplementación con enzima contribuyó a aumentar el consumo de alimento balanceado y/o mejorar la utilización de los nutrientes durante la lactancia.

El espesor de la grasa dorsal es un parámetro importante de la condición de la cerda. Como se mostró en el estudio, la adición de la enzima Rovabio resultó en 24% menos de pérdida de grasa, lo que corresponde justo a la reducción en las pérdidas de peso.

De acuerdo con lo estimado mediante el modelo INRA porc (Dourmad et al., 2008), 2,6 kg de mejora en el peso corporal podrían convertirse en 788 kcal MEI/día que suministra el alimento balanceado. Consumo medio de alimento balanceado de las cerdas: 5,6 kg/día y el contenido estándar de energía metabolizable en el alimento balanceado de las cerdas: 3.100 kcal/kg. Para lograr el mismo rendimiento, el formulador podría, gracias al uso de la enzima, reducir la densidad de la dieta en 140 kcal / kg (788 kcal/día/5,6 kg/día), o sea, de 3.100 a 2.960 kcal/kg.

De acuerdo con un proyecto de campo de cinco años en la granja Aldo (granja de 1.700 cerdas en Quebec, Canadá), diseñado para estudiar el efecto de las condiciones corporales de las cerdas sobre su rendimiento reproductivo, se tomaron 30.000 medidas tanto de espesor de grasa dorsal como de peso corporal en 15.000 partos.

El estudio concluyó que ocurre una reducción de 0,2 en el número total de lechones nacidos en la camada por cada mm de pérdida de grasa si la pérdida es superior al punto crítico de 2 mm durante la lactancia. En otras palabras: en caso de que la cerda pierda 5 mm de tocino durante la lactancia, ¡su próxima camada será privada de un lechón! El estudio encontró, asimismo, una relación directa entre consumo de alimento balanceado durante la lactancia y tamaño de la camada subsiguiente: 0,65 lechones más por cada kg adicional de alimento balanceado consumido durante la lactancia. Para maximizar la productividad de la cerda, resulta sumamente importante aumentar el consumo de alimento balanceado durante la lactancia con el objeto de evitar la pérdida de grasa dorsal.