Los dos laboratorios argentinos más importantes en la industria veterinaria anunciaron ayer oficialmente su fusión. Biogénesis, por un lado, y San Jorge Bagó, por otro, serán ahora Biogénesis-Bagó, la principal compañía de capitales nacionales en el sector, con una facturación que estiman que este año será superior a los 75 millones de dólares.
La nueva empresa tendrá una participación en el mercado de productos veterinarios para grandes animales que ascenderá al 15% del total, lo cual la ubica en el primer lugar del ranking. En vacunas, tendrá el 45% por ciento, obviamente sin contar la que se aplica contra la aftosa, en la cual Biogénesis abastece casi la totalidad de la demanda.
"Competimos con grandes empresas internacionales, pero queremos ser líderes en América Latina, desde México hacia el sur", dijo Guillermo Mattioli, gerente general de Biogénesis, durante la presentación de la fusión.
Alejandro Gil, de San Jorge Bagó, sostuvo que quieren "revalorizar la actividad pecuaria", y "democratizar la tecnología, facilitando la aplicación a los rodeos de los avances biotecnológicos".
Con la unión, ambas empresas sostuvieron que maximizan su capacidad de inversión y de investigación y desarrollo. Además, se consolidan como el primer exportador de productos veterinarios del país.
Se trata de dos compañías nacionales que, por el año 2000, cuando comenzaron los contactos que se fueron profundizando hasta derivar en el acuerdo que ayer anunciaron, estaban en problemas, entre otros motivos porque el país superaba por entonces la aftosa y dejaba de vacunar contra esa enfermedad.
Pero —dijeron Mattioli y Gil— decidieron salir hacia adelante, unificar estructuras, ser más eficientes y apuntar a ganar nuevos mercados en base a la tecnología. Así, a pesar de que ayer anunciaron oficialmente su fusión, ya tienen a sus plantas y sus equipos trabajando coordinadamente.
"Tenemos que darnos cuenta de que estamos trabajando en un país pecuario. Y nosotros creemos que esa será una de las áreas estratégicas de la Argentina para los próximos 30 años", indicó Mattioli.
Los ejecutivos anunciaron también que, con una inversión total cercana a los 15 millones de dólares, están levantando dos plantas nuevas (ya tienen 4): una en Garín, para productos biológicos virales y bacterianos, y otra en Anápolis, Brasil, el país que tiene el mayor rodeo del mundo y una gran demanda de vacunas.
Los directivos de la nueva empresa sostuvieron que la fusión, más que achicar estructuras, significó un crecimiento. Indicaron que hoy están empleando a 600 personas, 25% del total de trabajadores de la industria veterinaria, más de lo que tenían sumados antes de comenzaron el proceso.
"Lo que queremos es revalorizar la actividad pecuaria", reiteró Mattioli. Gil agregó que apuntan tanto a los bovinos como a los equinos, porcinos y ovinos, además de la acuicultura.
Ya están exportando tecnología para peces a Chile y llegan con otros productos a mercados no tradicionales, como Taiwán.
