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Entrevista al Dr. Alberto Gimeno sobre la Recomendación de la Comisión de la Unión Europea acerca de la presencia de deoxinivalenol, zearalenona, ocratoxina A, toxinas T-2 y HT-2 y fumonisinas en productos destinados a la alimentación animal.

Publicado: 6 de octubre de 2006
Por: Dr. Alberto Gimeno
El presente artículo corresponde a la entrevista que fue efectuada al Dr. Alberto Gimeno por ALBEITAR (España) y que fue publicada en la Revista de Veterinaria ALBEITAR (sección NUTRICIÓN), Octubre, nº 99, pp. 64-67.  Con autorización de ALBEITAR pasamos a reproducir el texto de la entrevista.
Entrevista a Dr. Alberto Gimeno

Empieza la cuenta atrás

La futura legislación de micotoxinas en alimentación animal está cada día más cerca. A finales del pasado mes de agosto apareció una Recomendación de la Comisión Europea sobre la presencia de deoxinivalenol, zearalenona, ocratoxina A, toxinas T-2 y HT-2 y fumonisinas. El Dr. Alberto Gimeno opina acerca de los aspectos más interesantes de la misma.
 
La legislación de la UE ha contemplado hasta ahora la aflatoxina B1 en alimentación animal. ¿Cómo ha evolucionado en los últimos cinco años la presencia de esta micotoxina y su toxicidad en los animales?
Efectivamente y por el momento, sólo tenemos definida en la UE legislación aplicable obligatoria para aflatoxina B1 en productos destinados a la alimentación animal. La verdad es que, por lo menos en la Península Ibérica, la estadística de resultados analíticos en estos últimos 5-7 años revela que el grado de presencia de esta micotoxina en materias primas y piensos compuestos es significativamente cada vez más baja, a la vez que los valores de contaminación encontrados están, en general, dentro de las concentraciones máximas permitidas por la legislación. Por mi experiencia, los problemas de toxicidad en los animales y que se puedan atribuir a micotoxinas no provienen de la aflatoxina B1, sino de otras micotoxinas como la zearalenona y la vomitoxina o deoxinivalenol. Considero que la aflatoxina B1 no es un problema, por lo menos, para España y Portugal, sea porque la incidencia de estirpes de Aspergillus flavus y parasiticus productoras de aflatoxinas es baja, sea porque la exigencia de calidad en la compra de materias primas que vienen del exterior es cada vez más rigurosa en cuanto a esa micotoxina o bien sea porque la conservación y cuidados en la elaboración de materias primas y piensos compuestos son cada vez mayores, ya que los vendedores de materias primas y los fabricantes de alimentos compuestos para animales no quieren tener problemas con la legislación.
 
¿La Recomendación de la Comisión sobre algunas micotoxinas supone la inmediata aparición de legislación al respecto, común para todos los países de la UE?
El 23 de agosto de 2006 apareció una Recomendación de la Comisión de la Unión Europea (L229, 2006/576/CE), en la que aparte de una serie de consideraciones y recomendaciones aparecen unos valores orientativos en productos destinados a la alimentación animal, sobre la presencia de las micotoxinas, deoxinivalenol, zearalenona, ocratoxina A y fumonisinas; en estas últimas, los valores orientativos serán aplicables a partir del 1 de octubre de 2007.
Respecto a las micotoxinas T-2 y HT-2 no aparecen valores orientativos ya que la comisión considera, textualmente, que hay una falta de datos fiables para ellas, y que la amplia variación en su aparición de un año para otro, implica que sean recogidos más datos sobre la presencia de éstas en los piensos compuestos y materias primas, además de los que ya tienen recopilados a raíz de una serie de programas de control coordinados y que ya están en funcionamiento desde el año 2002.
Todo esto no supone, ni mucho menos, la inmediata aparición de una legislación al respecto, que evidentemente será común a todos los países de la UE, así como lo son esos valores orientativos. Debemos tener en cuenta que el Diario Oficial de la Unión Europea, edición española ISSN 1725-2512, L229, 49º Año, 23 de agosto de 2006, dice claramente que la susodicha Recomendación de la Comisión para esas micotoxinas es considerada como "Actos cuya publicación no es una condición para su aplicabilidad". O sea, es una declaración de intenciones y podemos pues decir que empezó la cuenta atrás para que en un futuro breve, quizás entre 2006 y 2009 aparezca ya una legislación obligatoria para todas esas micotoxinas en alimentación animal y, por supuesto, común a todos los países de la UE. Ahora bien, aclaremos lo siguiente, lo ahora publicado es una recomendación, no una obligación. Sin embargo y a partir de este momento, cada Estado miembro es libre de establecer dentro de su propio país una legislación definitiva basándose en esas recomendaciones. Si después ese país tiene problemas comerciales y económicos con otros países, inherentes a su legislación interna, eso será un problema de él, no de la Unión Europea.
 
¿Qué supone esta Recomendación, en general, para los Estados miembro de la UE y como deberían colaborar los fabricantes de piensos y los proveedores de materias primas?
Tomando como base textual lo expresado en los puntos 1) a 6) de la referenciada Recomendación de la Comisión, los Estados miembros de la UE y con la colaboración de los fabricantes de piensos compuestos, deberían aumentar la vigilancia de la presencia de estas micotoxinas en los cereales, subproductos de cereales y piensos compuestos destinados a la alimentación animal. Para ello, los Estados miembro de la UE deberían asegurar los análisis simultáneos de muestras que permitan detectar la presencia de esas micotoxinas y apreciar su nivel de aparición conjunta. Los Estados miembro de la UE, y supongo que con la colaboración de los proveedores de materias primas, deberían vigilar cuidadosamente la presencia de esas micotoxinas en los subproductos y coproductos de la producción alimentaria que son destinados a la alimentación animal. Deberían asegurarse de que son aplicados los valores orientativos que figuran en el anexo (las fumonisinas sólo para el 1 de octubre de 2007) de la Recomendación para determinar si los cereales, subproductos de cereales y piensos compuestos destinados a la alimentación animal, son aceptables. Con la colaboración de los fabricantes de piensos compuestos, los susodichos Estados deberían asegurarse de que se aplican en el análisis de peligros y puntos críticos de control (APPCC) los valores orientativos para esas micotoxinas de cara a determinar los limites críticos en los puntos críticos de control que separan la aceptabilidad de la no aceptabilidad con el fin de prevenir, eliminar y reducir los peligros inherentes.
Hay otro punto importante, y para mí conflictivo, y es que los Estados miembro de la UE deberían asegurarse de que son facilitados de una forma regular a la Comisión los resultados analíticos de estas micotoxinas para ser compilados en una base de datos. Prefiero no explicar públicamente por qué digo "conflictivo", y lo dejo a criterio de los lectores.
 
¿Que otras recomendaciones son dadas por la Comisión?
Es un punto aclarativo y una recomendación más, y dice que: los valores máximos orientativos de esas micotoxinas para cereales y productos a base de cereales han sido considerados como los más elevados, ya que se han determinado para la especie animal de más tolerancia, y los Estados miembro deberían asegurarse de que los fabricantes de alimentos compuestos para animales aplican a los cereales y sus subproductos valores orientativos más bajos, teniendo en cuenta la mayor sensibilidad de algunas especies animales a esas micotoxinas, de forma que se cumplan los valores orientativos asignados a los piensos para estas especies. Vamos a poner un ejemplo, si tenemos un maíz que tiene 0,25 ppm (250 ppb) de ocratoxina A, y por lo tanto está dentro de la Recomendación de la Comisión, y teníamos previsto poner en la formula de pollos un 60%, resultará que el pienso de pollos saldrá contaminado con 0,15 ppm de ocratoxina A y, por lo tanto, esa concentración de contaminación está por encima del valor máximo orientativo indicado en el anexo de valores orientativos, y que para este caso es de 0,1 ppm de ocratoxina A. Así que, o ponemos menos maíz para que nos salga un pienso con un valor de contaminación igual o por debajo al indicado anteriormente o exigimos al proveedor que nos suministre un maíz menos contaminado, y es el que utilizaremos para esas especies animales. Bueno, supongo que lo primero es más fácil.
Debo destacar que en todo lo expuesto en ese ejemplo he considerado que las muestras para análisis del maíz fueron bien sacadas y que ese resultado no sólo es representativo de toda la masa de maíz, sino que deriva de la extrapolación del resultado real con la humedad genuina de ese maíz, para una humedad del mismo del 12% (ver cuadro de los valores orientativos). Lo mismo digo para el pienso.
 
¿Qué es extrapolar para una humedad del 12%?
Los valores orientativos considerados por la Recomendación de la Comisión están indicados para productos destinados a la alimentación animal con un contenido de humedad del 12%, igual que la legislación para aflatoxina B1. Esto quiere decir que cuando hacemos el análisis de esas micotoxinas en la muestra o muestras representativas de la masa alimentaria, debemos también analizar la humedad o agua libre y extrapolar el valor de micotoxina obtenido para un 12% de humedad del sustrato, caso de que éste tenga un valor de la misma diferente al indicado.
* Pongamos un ejemplo: supongamos que tenemos un maíz con un 16% (84% de sustancia seca) de humedad y hemos encontrado un valor de ocratoxina A de 0,25 ppm (250 ppb). Si este maíz tuviera un 12% de humedad (88% de sustancia seca) el valor de contaminación sería de 0,26 ppm (88x0,25/84), o sea por encima del valor orientativo indicado en el anexo de la Recomendación y que es de 0,25 ppm.
Ahora supongamos que este maíz tuviera una contaminación de 0,26 ppm de ocratoxina A con un 8% de humedad. Si la humedad fuera del 12% el valor de contaminación sería de 0,24 ppm, es decir, por debajo del valor máximo orientativo antes mencionado.
* Una ración final para vacas lecheras con más de 0,25 ppm de zearalenona puede ya provocar problemas estrogénicos, abortos, disminución del consumo de pienso y de la producción lechera, vaginitis, secreciones vaginales, y deficiencias en la reproducción. Es evidente que la magnitud del problema dependerá del orden de la contaminación a partir de 0,25 ppm. Pues bien, para vacas lecheras el valor orientativo de zearalenona recomendado en pienso completo (yo entiendo que se refiere a la ración final, o sea: pienso complementario + forrajes) dicen que es de 0,5 ppm tomando como base que el alimento tenga un 12% de humedad. Como sea que una ración final para vacas lecheras puede tener de media un 50% de humedad, resultará que si ese valor de 0,5 ppm lo extrapolamos al 50% de humedad, el valor de contaminación será de 0,28 ppm, lo cual ya no es tan grave.
* Y otra cosa también interesante, imaginemos que analizan un ración final para vacas lecheras con 50% de humedad y encuentran 0,5 ppm de zearalenona, aunque en número se diga que está dentro del valor orientativo, eso no será cierto porque si lo extrapolamos al 12% de humedad, la contaminación sería de 0,88 ppm que está sustancialmente por encima de las 0,5 ppm.
 
Puntos no referidos en la Recomendación
Según el Dr. Gimeno, faltarían por tratarse algunos puntos importantes en la reciente Recomendación:
. Con respecto a la zearalenona, no se han tenido en cuenta los conejos, los cuales son muy sensibles a esta micotoxina.
. Se debería recomendar también que los Estados miembro aporten estudios experimentales de las concentraciones más bajas de esas micotoxinas que si se encuentran juntas en un mismo pienso compuesto produzcan sinergismos con el correspondiente riesgo para los animales. O sea, podemos tener en un pienso dos o más de esas micotoxinas y cuya contaminación esté dentro de los valores orientativos. ¿Será que la conjunción de esas micotoxinas en un mismo sustrato va a provocar sinergismos que lleven a un significativo riesgo para los animales?
. La Comisión debería también pedir a los Estados miembro que aporten datos de las concentraciones más bajas de esas micotoxinas que individualmente pueden provocar problemas en los animales.
. Lo primero que tendría que hacer la Comisión es estandarizar métodos de análisis para esas micotoxinas que sean utilizados en común en todos los Estados miembro. No dudo de que éstos aportaran muchos datos de presencia de esas micotoxinas pero los métodos utilizados no serán comunes; o sea, unos utilizaran métodos de análisis basados en ELISA y que corren el riesgo de que en los piensos que son de base muy heterogéneos se encuentren falsos positivos o contaminaciones más elevadas que las que corresponden a la realidad (a pesar de que esos métodos han mejorado mucho). Algunos utilizarán la cromatografía en capa fina (TLC). Otros utilizarán métodos basados en la cromatografía líquida de alta resolución (HPLC) previo uso de columnas de inmunoafinidad con anticuerpos monoclonales específicos para la micotoxina en cuestión o sin el uso de esas minicolumnas (por mi experiencia los de HPLC con uso previo de columnas de inmunoafinidad son los mejores para deoxinivalenol, zearalenona, ocratoxina A y fumonisinas). En fin, con esa variedad de métodos yo creo que los resultados analíticos que los Estados miembro aportarán a la Comisión no podrán ser tratados estadísticamente de una forma segura para los fines que se pretende, visto que todos ellos tienen entre sí diferencias de sensibilidad, repetibilidad y reproducibilidad.
. La Comisión no recomienda que los Estados miembro procuren al máximo tomar muestras representativas de la masa alimentaria para los análisis de esas micotoxinas; la falta de distribución homogénea de una micotoxina en el sustrato puede dar lugar a resultados analíticos que no correspondan a la realidad global de la contaminación, y para ello hay que hacer hincapié en que se deben seguir las normas de toma de muestras ya publicadas en el Diario Oficial de la Unión Europea.
. No comprendo por qué cuando la Comisión habla de investigar la presencia de la toxina T-2 y HT-2, no incluye también el diacetoxiscirpenol, que es una micotoxina de la misma familia que las anteriores (micotoxinas tricotecenas), que aparece contaminando junto con la toxina T-2, y que además es tanto o más tóxica y agresiva que la propia toxina T-2.
. La ocratoxina A es producida por mohos del genero Aspergillus, que pertenece a la flora de almacenamiento. Deoxinivalenol, zeralenona, fumonisinas, toxina T-2 y HT-2 son producidas por mohos del genero Fusarium, que pertenece principalmente a la flora de campo, y algunos Fusarium, que pertenecen a la flora intermedia, es decir, al cereal recién recogido, aún húmedo. Por tanto, la contaminación del cereal puede empezar en el campo. Frente a esto, ¿qué recomienda la Comisión a los Estados miembro productores de cereales para evitar el riesgo de contaminación en el campo? Creo que ése es un punto difícil pero muy importante y que tendría que tenerse en cuenta
 
¿Ha seguido esta Recomendación los dictámenes de los científicos, es decir, es lo que los expertos del mundo en micotoxicosis, como usted, plantean?
Yo no sé si esta Recomendación ha seguido exactamente los dictámenes de los científicos. Imagino que se habrán recogido las opiniones de renombrados expertos junto con los resultados de toxicidad de las muchas experiencias publicadas sobre micotoxinas. Yo no sé lo que otros expertos puedan recomendar, lo que yo sí digo es que algunos de los valores orientativos deberían ser disminuidos visto que aún pueden representar riesgo para los animales. Por ejemplo: hay estudios publicados donde concentraciones de deoxinivalenol que pueden ir desde 0,3 a 0,7 ppm en pienso de cerdos pueden provocar problemas de vómitos, rechazo del alimento y, consecuentemente, una reducción de la ganancia de peso vivo. Esos valores de contaminación están por debajo del valor orientativo indicado en el anexo de la Recomendación y que es de 0,9 ppm.
Para zearalenona en cerdas adultas, el valor orientativo lo han establecido en 0,25 ppm. Este valor es un poco alto; una cerda en lactación que consuma 6 kg de pienso/cerda/día contaminado con 0,25 ppm de zearalenona, ingerirá 1,5 mg de zearalenona diarios, y por propia experiencia puedo decir que esa ingestión puede ya provocar a los 7-10 días de consumo del alimento contaminado, problemas estrogénicos típicos de esa micotoxina.
Hay más cosas que decir sobre esos valores máximos recomendados y no me voy a extender porque comprendo que elaborar una legislación para micotoxinas no es fácil, ya que está sujeta a una serie de factores como:
. Disponibilidad de datos toxicológicos.
. Disponibilidad de datos respecto a su presencia en los diferentes alimentos.
. El problema de la falta de homogeneidad de la micotoxina en la masa alimentaria que puede falsear resultados globales si las muestras analizadas no son representativas de esa masa.
. La disponibilidad y estandarización de métodos analíticos para las micotoxinas.
. La legislación en otros países con los que hay contactos comerciales y la necesidad en algunos países de ser abastecidos de alimentos.
Es por eso que los Estados miembro tienen que colaborar y seguir lo que la Comisión recomienda para así poder elaborar en un futuro una legislación definitiva más ajustada. Estoy convencido de que esos valores orientativos serán disminuidos una vez se tengan suficientes datos para que así se considere.


¿Qué problemas producen en los animales las micotoxinas tricotecenas?


Los animales más sensibles son las aves, cerdos y rumiantes. El principal problema es el gastroentérico, por hemorragias de la mucosa epitelial del estómago e intestino con una destrucción de los tejidos hematopoyéticos. Por su elevada alcalinidad producen graves lesiones orales con ulceraciones muy marcadas y patentes. Son, además, altamente inmunosupresoras.
 
¿Por qué se considera prioritario y fundamental encontrar un método de análisis de detección de micotoxinas más sensible?
En general, el uso de métodos de análisis con un límite de detección lo más bajo posible es necesario y mucho más con lo que la Comisión pretende, ya que da una información de hasta qué punto esas micotoxinas pueden aparecer en los valores de concentración más bajos, dando así una idea más amplia de la magnitud de su presencia en los productos destinados a la alimentación animal. Ése es el caso concreto de la toxina T-2 y HT-2 donde como muy bien dice la Recomendación de la Comisión, los datos sobre la presencia de esas micotoxinas son, de momento, muy limitados.
Para mí los mejores métodos y más sensibles para el análisis de esas micotoxinas son los que se basan en la cromatografía de gases.
 
¿Qué cree usted que falta en cuanto a investigación sobre contaminación de micotoxinas en los productos de origen animal?
Siempre faltan cosas, sin embargo se lleva muchísimos años investigando sobre los residuos de micotoxinas en productos de origen animal que son consumidos por los humanos, y como muy bien dice la Recomendación de la Comisión, la transmisión de esas micotoxinas a la carne, la leche y los huevos es muy limitada y poco significativa, por lo que la exposición humana a esas micotoxinas como consecuencia de los residuos de las mismas en productos de origen animal tiene una incidencia muy baja. La única preocupación de momento fueron, son y serán, los residuos de aflatoxina M1 en la leche y productos derivados de la leche, que aparecen como consecuencia de que las vacas lecheras consuman raciones finales contaminadas con aflatoxina B1. Sin embargo, la Unión Europea tiene una legislación muy rigurosa y exigente en lo que se refiere a la concentración de esa micotoxina en la leche y derivados (en especial para bebés y niños) y en este momento puedo decir que estadísticamente la situación está bien controlada. Eso no quiere decir que haya casos aislados y preocupantes de orden interno en algunos Estados miembro.
Por otro lado, el problema de esas micotoxinas, incluyendo la aflatoxina B1, no es en los productos de origen animal, es en los alimentos en general para los humanos, o sea su presencia en cereales y productos a base de cereales, frutos secos (cacahuetes, pistachos, almendras, nueces, pasas, etc.), vinos, cafés, especias, frutas, zumos de fruta, etc. Algunas de esas micotoxinas pueden ser las responsables de problemas de cáncer de hígado, de esófago, problemas de inmunosupresión y otros; y digo más, el problema grave puede ser en los niños, que son los más sensibles a la acción tóxica de alguna de esas micotoxinas y son, en general, los que consumen más leche y derivados, cereales y productos a base de cereales. Sin embargo, debo decir que la Unión Europea ya tiene legislación muy rigurosa para aflatoxina B1, la suma de las aflatoxina B1, B2, G1 y G2, aflatoxina M1, ocratoxina A y otra micotoxina hasta ahora no mencionada, la patulina (habitual en frutas y zumos de fruta, en esencial los de manzana), en alimentos para humanos.
Las personas que tengan interés al respecto pueden leer mi artículo titulado "Riesgos de micotoxicosis que algunas micotoxinas (como contaminantes de los alimentos) pueden provocar en humanos" publicado en www.engormix.com (micotoxinas, sección en español, artículos técnicos de Alberto Gimeno, ver listado completo de artículos técnicos).
 
¿Cómo acabar con las micotoxinas y su riego para los animales?
Es muy difícil, ya que como antes mencioné el género Fusarium, pertenece principalmente a las floras de campo e intermedia. Por lo tanto, la primera contaminación del cereal podrá ocurrir en el campo y ese no es un problema fácil de resolver. Habrá que profundizar más en encontrar soluciones efectivas e inocuas para evitar la invasión y proliferación fúngica de los cereales en el campo, y por lo tanto, el riesgo de contaminación con micotoxinas.
Finalmente, está el problema de los sinergismos entre micotoxinas. Ya he dicho antes que faltan suficientes estudios científicos para saber cuáles son las concentraciones mínimas de micotoxinas que por separado no darían problemas en los animales, pero sí cuando ocurren en conjunto en un mismo sustrato. También tenemos otro problema. Puede ser que tengamos bien definida cuál es la concentración mínima de micotoxina que no produce problemas en el animal pero siempre que esté en buenas condiciones de salud, nutrición y ambientales, entre otras. Ahora bien, supongamos por ejemplo que ese animal tiene un problema patológico o que está en condiciones ambientales deficientes y de estrés o que está sometido a un proceso de vacunación. Todo eso disminuye las resistencias del animal y lo hace más susceptible a esa micotoxina, pudiendo ser esa baja concentración de la misma, en esas condiciones, tóxica para ese animal. Así y hasta que esto no esté claro, creo que será aconsejable continuar utilizando productos detoxificantes efectivos para prevenir el riesgo de toxicidad en los animales, aunque estemos dentro de los valores de contaminación orientativos recomendados por la Comisión o dentro de las concentraciones máximas permitidas el día que aparezca un legislación obligatoria. Con esta decisión de la Comisión se mejoraran muchas cosas, lo cual ya es bastante bueno, pero será difícil acabar completamente con las micotoxinas. 
 
Situaciones que impiden y/o dificultan evitar las contaminaciones por micotoxinas
Preguntado por la posibilidad de que una vez que sea obligatoria la aplicación de estas medidas, la contaminación por micotoxinas sea eliminada, el Dr. Gimeno opina que eso no será posible. Según sus propias palabras, "a lo sumo reduciremos cada vez más su presencia y concentración en materias primas y alimentos compuestos, caso de que todos colaboremos, pero siempre podrá haber peligro de que se den las siguientes situaciones por problemas de descuidos, negligencias, faltas de cuidado, etc."
. Un cereal, por ejemplo, podrá incluso no estar contaminado (por lo menos en concentraciones apreciables de micotoxina/s) pero podrá contener esporas de mohos potencialmente productoras de micotoxinas que si encuentran las condiciones físicas, químicas y biológicas adecuadas crecerán, proliferaran y podrán producir micotoxinas. Si no se aplican los cuidados adecuados para su conservación (uso de fungistáticos eficaces en características y en concentración, uso de corrientes de aire frío y seco dentro de los silos de almacenamiento, limpieza y desinfección de silos para evitar contaminaciones externas y otros), ese cereal se contaminará. Habrá que tener cuidado en hacer los análisis pertinentes antes de utilizarlo para su incorporación en pienso, no sea que tengamos que poner menos porcentaje en el alimento compuesto para no estar por encima de las concentraciones máximas de micotoxinas permitidas o para no tener una contaminación en pienso que represente un riesgo para los animales.
. También podrá ocurrir que ese cereal venga con una contaminación de micotoxina/s dentro de esas concentraciones máximas permitidas pero que contenga mohos potencialmente productores que, al igual que antes, si no se tienen cuidados adecuados, podrán crecer, proliferar, producir más micotoxina/s y contaminar el cereal con valores de ésta/s por encima de esos máximos. Tendremos que analizar muy bien ese cereal antes de uso y tomar las decisiones pertinentes. Ahora bien ¿qué haremos con ese cereal que estará fuera de la legislación? ¿Nos dejará la legislación diluirlo con cereal sano?
. La falta de cuidado en la limpieza y desinfección de los circuitos de la fábrica también podrá ser motivo de contaminación y las materias primas que pasen por esos circuitos se podrán contaminar al recoger residuos de material contaminado.
. Otra situación puede ser que un pienso compuesto no contenga ningún fungistático o que si lo contiene no sea eficaz y no esté en la concentración adecuada, es decir, que se incorpora como "descargo de conciencia", situación que por lo menos hasta ahora es muy frecuente. Supongamos que ese pienso contiene esporas de mohos potencialmente toxicogénicas y llega a la granja exento de micotoxinas en concentración apreciable, pero una vez introducido en el silo ese día llueve y entra agua porque el granjero no tiene sus silos en condiciones; esas esporas crecen y proliferan rápidamente produciendo micotoxinas y contaminando el pienso compuesto. También puede ocurrir que el granjero no tenga los cuidados de limpieza adecuados en sus instalaciones y los comederos o silos sucios contaminen el pienso externamente.
 
¿Desea añadir algo más?
Sí, soy consciente de que me dejo muchas cosas en el tintero al respecto del tema, pero ya era hora de que después de tantos años solo con una legislación para aflatoxina B1 en la alimentación animal, la Unión Europea haya abierto el camino a la futura legislación para otras micotoxinas como, deoxinivalenol, ocratoxina A, zearalenona y fumonisinas, y quizás para un futuro más lejano para la toxina T-2 y HT-2. Y al final, un último consejo: no se limiten a los análisis de micotoxinas, hagan también análisis micológicos con identificación de los hongos, y si se encuentran mohos de los géneros Aspergillus y Fusarium, principalmente, analicen cuáles son, y si hay estirpes que se puedan considerar potencialmente productoras de micotoxinas. .
Belén González. Albéitar



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