Explorar
Comunidades en español
Anunciar en Engormix
North American Renderers Association (NARA)
Contenido patrocinado por:
North American Renderers Association (NARA)

Subproductos reciclados de origen animal en los alimentos para mascotas

Publicado: 12 de noviembre de 2015
Por: Dr. Greg Aldrich, Presidente, Pet Food and Ingredient Technology, Inc
Resumen

 

A nivel mundial, en 2005, los alimentos y productos para mascotas representaron una industria de $53 mil millones de dólares, y el mercado sigue creciendo. En Estados Unidos, solamente las ventas de alimento para perros y gatos representan $14,500 millones de dólares, con exportaciones de casi $1,000 millones. El total mundial de alimentos e insumos para todas las mascotas se está acercando ahora a los $40 mil millones de dólares al año. Estas ventas en aumento están impulsadas, en parte, por la creciente cantidad de mascotas con más de 140 millones de perros y gatos y un estimado de 200 millones de mascotas especiales, tales como peces, mascotas de bolsillo y animales exóticos. También está impulsado por la tendencia de que más gente considera a sus mascotas como miembros de la familia, como lo demuestran todas las cosas que hay, desde celebraciones de cumpleaños y vacaciones, fotos familiares, seguro de salud, cementerios y alimentos de preparación especial. Los alimentos para mascotas son ahora más que nunca considerados como bienes empacados que se mezclan con otros artículos alimenticios de la familia. Las cinco principales compañías de alimentos para mascotas, que representan más del 65 por ciento del mercado, son propiedad de nombres tan comunes como Mars, Nestlé, Procter & Gamble, Colgate-Palmolive y Del Monte. Los puntos de venta al menudeo tradicionales, tales como los supermercados y las tiendas de insumos agropecuarios y de alimentos, han perdido parte del mercado por las tiendas de grandes volúmenes, clubes de precios y tiendas de especialidad de mascotas, aunque los supermercados siguen siendo el principal punto de venta.

 

La selección de alimentos para mascotas se ha hecho casi ilimitada, con opciones para los diferentes puntos de precio, etapas de la vida, formas y tamaños, tipo de empaque, preferencias de ingredientes, razas, tamaños y estado de la enfermedad. Los alimentos para mascotas se están también haciendo más “humanizados” y están siguiendo las tendencias de los alimentos para consumo humano. La investigación en nutrición está mostrando que los animales de compañía tienen requerimientos de nutrición especiales, por ejemplo, la arginina para perros y gatos, la aminosulfona taurina y la vitamina A preformada para los gatos. Los beneficios nutricionales que han surgido de los ácidos grasos omega 3, los carotenoides, la fibra de la dieta, el balance de minerales y cómo las proteínas y grasas de la carne están conectadas con una nutrición óptima, están bajo una activa investigación. Las harinas recicladas de proteína como la harina de carne y hueso, harina de subproductos avícolas y la harina de pescado prácticamente se usan en todos los alimentos para mascotas. En general, proporcionan proteína de alta calidad con un buen equilibrio de aminoácidos. La disponibilidad de nutrientes y la utilización de la dieta se pueden ver obstaculizados por el tratamiento térmico excesivo, la dilución de aminoácidos esenciales con tejido conectivo, niveles altos de cenizas y la oxidación. Las grasas recicladas y los aceites como el sebo, la manteca, la grasa de aves y el aceite de pescado proporcionan una fuente suplementaria de energía, sabor, textura y nutrientes para el alimento para mascotas.

 

El balanceo de ácidos grasos esenciales y condicionalmente esenciales se ha convertido en un impulsor clave para la selección de grasas específicas en la dieta. Los problemas de aplicación y de oxidación son los desafíos más comunes a los que se enfrenta su uso. Gran parte de la información de los ingredientes para alimento para mascotas se ha recolectado de la investigación en nutrición de animales y humana. Existe la necesidad fundamental de desarrollar estas bases de datos específicas para mascotas, para poder enfocarse hacia las idiosincrasias nutricionales especiales y para apoyar esta industria que continuamente crece y se segmenta. Las fuentes de proteína crudas, frescas, comestibles para el ser humano y alternativas compiten para suministrar las necesidades de proteína y grasa en alimentos para mascotas. Serán bienvenidas las oportunidades de diversos ingredientes reciclados de origen animal, especialmente aquéllos que pueden retener la identidad de la especie y mantener el control sobre las condiciones del procesamiento, al tiempo que se mantiene la calidad de los nutrientes.

La industria de las mascotas y de los alimentos para mascotas.
Tamaño, crecimiento y datos demográficos. 
A nivel global, las ventas de alimento para mascotas y de productos de cuidados para las mascotas fueron casi de $53 mil millones de dólares en 2005 (Kvamme, 2006). En Estados Unidos, las ventas de alimento para mascotas llegaron a un total de $14,400 millones de dólares en 2005, de las cuales 54 por ciento fue de alimentos de perros y 32 por ciento de alimentos para gatos (Euromonitor, 2005), con un crecimiento esperado anual de tres por ciento a cuatro por ciento. Las exportaciones estuvieron justo arriba de los $900 millones de dólares en 2005 (U.S. Bureau of the Census Trade Data, 2006). Las mascotas viven en 70 por ciento de los hogares estadounidenses, de los cuales el 15 por ciento de éstos poseen un perro y un gato (Pet Food Institute, 2003).
Específicamente, hay un cálculo de 81.4 millones de gatos en 37.7 por ciento de los hogares y 63 millones de perros en 43.5 por ciento de los hogares en Estados Unidos en 2005 (Euromonitor, 2005). Otras especies de mascotas, definidas como mascotas especiales, tales como roedores, reptiles, conejos, hurones, aves exóticas y peces, representan casi 200 millones más de mascotas hogareñas. Además, para mucha gente el caballo se considera como una mascota, con una cantidad total en Estados Unidos de 9.2 millones y con bienes y servicios afiliados que representan un estimado de $39 mil millones de dólares (American Horse Council, 2002).
Cada vez más gente considera a las mascotas como miembros de la familia, al celebrarle sus cumpleaños, al incluirlos en los rituales de las vacaciones, proporcionarles programas especiales de televisión, incluirlos en las fotos de las familias y prepararles comidas especiales. Muchos propietarios de mascotas gastan grandes cantidades de dinero para los cuidados veterinarios, seguro de salud de mascotas, medicamentos, cremación e incluso entierros. Un número cada vez mayor de dueños de mascotas las incluyen en los testamentos y las tratan como su segunda familia después de que los hijos crecen y se van de casa, las consienten con alimentos especiales y premium, premios y juguetes, como si fueran nietos caprichosos. Pero no todo es exceso frívolo; las mascotas se están convirtiendo cada vez más en algo valioso como los animales de servicio, como ayudas de terapia y como una liberación emocional y del estrés en un mundo cada vez más complejo. Hay un vínculo y una interdependencia entre el hombre y los animales de compañía que no va a disminuir en el futuro cercano.
 
Compañías de alimentos para mascotas.
La industria de los alimentos para mascotas en Estados Unidos está dominada por cinco principales compañías que representan más del 65 por ciento del mercado. Estas cinco grandes compañías son propiedad de conglomerados multinacionales que tienen un énfasis principal en el cuidado personal, bienes y otros consumibles (Kvamme, 2006). Entre estas compañías se incluye a: Mars (Pedigree, Whiskas y Royal Canin), Nestlé (Purina, Friskies), Procter & Gamble (Iams, Eukanuba), Colgate-Palmolive (Hills Science Diet, Hills Prescription Diet) y Del Monte (9-Lives, Gravy Train, Kibbles ‘N Bits, Nature’s Recipe, Meow Mix y Milk Bone). El 35 por ciento restante del mercado está constituido por compañías exclusivas de alimento para mascotas, numerosas marcas regionales y nuevas marcas y compañías pequeñas. Algunas de estas últimas están suministradas por un fuerte cuadro de fabricantes y maquiladores de alimentos para mascotas de marcas privadas. Las consolidaciones, fusiones y adquisiciones continúan siendo parte de la evolución de la industria; sin embargo, a diferencia de otros sectores de alimentos para consumo humano, no es la única forma que queda para crecer. En pocas palabras, la industria de alimentos para mascotas es una industria muy dinámica, en crecimiento y maduración, en la que continúan surgiendo nuevas ideas de los sectores no tradicionales y continúa habiendo nuevas oportunidades para el mercado.
 
Canales para comercializar.
La disponibilidad al menudeo de alimentos para mascotas se ha expandido a lo largo de una serie de plataformas. Las tiendas de comercialización en masa de grandes volúmenes, clubes de precios y las tiendas de especialidad de mascotas se han convertido en los canales de comercialización, además de los puntos de venta tradicionales, tales como los supermercados y las tiendas de alimentos para animales e insumos agrícolas. La participación en el mercado calculada de cada categoría en 2002 fue de supermercados (37.4 por ciento), mercado de masas (16.4 por ciento), especialidad de mascotas (17.2 por ciento), tiendas de alimentos y para granjas (5.4 por ciento), veterinarias (5.0 por ciento) y otras (18.6 por ciento) (Knudson, 2003). También se han convertido en algo importante los canales alternativos al mercado a través de los puntos de venta no tradicionales: mercadeo directo, por catálogo y ventas por internet de alimentos para mascotas. Las ventas a través de estos canales alternativos representan aproximadamente el 12 por ciento del mercado total, con un crecimiento anual en 2004 de un poco más del 8 por ciento (Packaged Facts, 2006). La actividad en este segmento está bastante fragmentada y generalmente es fuerte, por lo que se espera que continúe creciendo.
 
Tendencias en los productos para animales de compañía y prácticas de Alimentación.
Hay una serie de diferentes factores que motivan al consumidor a elegir ciertos alimentos para sus mascotas. Algunos de ellos están impulsados por el costo, otros por la nutrición y otros por el desempeño, y aún otros por la preferencia de la mascota. Parecen no tener límite las selecciones. Hoy en día, hay alimentos para diferentes etapas de la vida (por ejemplo, mantenimiento, gestación y lactancia, crecimiento o cachorros, gatitos, adultos, viejos), puntos de precio (por ejemplo, valor, premium, súper premium), formatos (por ejemplo, pelets, alimentos húmedos y suaves, húmedos, crudos) y estilos de empaque (por ejemplo, latas, bolsas esterilizables, bolsas con base, bolsas de plástico de papel, bolsas resellables, bandejas). Los dueños de mascotas deciden los alimentos de acuerdo a sus propios sesgos con respecto a los ingredientes (es decir, natural, sin trigo, hipoalergeno), la raza y el tamaño de la mascota que tienen (por ejemplo, la raza miniatura (toy), las razas grandes, dálmatas, persas), factores de molestia (por ejemplo, bolas de pelos, multigatos) y la predisposición de la mascota a las enfermedades (por ejemplo, salud de las articulaciones, vejez, estruvita, pérdida de peso, nefropatías). Los alimentos para mascotas también se están convirtiendo en algo más “humanizado” (es decir., gourmet, para calentar y comer, frutas y verduras) y están siguiendo las tendencias de los alimentos para humanos (por ejemplo, crudos, orgánicos, holísticos, bajo en carbohidratos). Aunque el número de marcas y los segmentos del mercado parecen casi no tener límite y la diferenciación no se detiene, hay algunos principios generales por los que se evalúan todos. Éstos son la palatabilidad, que sean digestibles y la consistencia de las heces fecales, así como la influencia de la dieta sobre la apariencia general de la mascota (es decir, piel y pelambre) y comportamiento (es decir, vigor).
Con toda esta variedad, la búsqueda de nuevas materias primas con la mezcla correcta de apariencia y atractivo de nombre, nutrición, propiedades funcionales, disponibilidad y costo puede ser un gran desafío para el fabricante de alimentos para mascotas, que va a seguir en aumento. En muchos casos, la declaración de ingredientes es la que está impulsando el proceso de toma de decisión. Esto se ejemplifica probablemente mejor en la promoción de algunas compañías de alimentos para mascotas de que sus alimentos están hechos con ingredientes “grado consumo humano”. Aunque no existe una definición de tal afirmación, nos está diciendo la humanización por la que está pasando el mercado de alimentos para mascotas y lo que están haciendo los fabricantes para satisfacer la percepción de calidad del dueño de la mascota.
 
Nutrición de los animales de compañía.
Nutrición de perros y gatos. 
El perro no es un cerdo con pelos, ni una rata de tamaño grande, ni el gato es un perro pequeño. Aunque hay algunas similitudes entre las especies, desde una perspectiva puramente de nutrición, los requerimientos de los perros y los gatos presentan algunas diferencias especiales. Aunque estas diferencias se resumen brevemente a continuación, se le refiere al lector a los recientes textos y revisiones de literatura específicamente sobre nutrición de perros y gatos, y fisiología digestiva para que obtenga un conocimiento más completo del tema (Smeets-Peeters et al., 1998, Case et al., 2000, Morris, 2002, Zoran, 2002, NRC 1985, 1986 y 2006). 
Aunque el perro se considera omnívoro, tiende muy de cerca a tener una dieta carnívora e inclinaciones nutricionales del gato. Se considera al gato como un carnívoro obligado; tiene un requerimiento considerable de proteínas de alta calidad y de aminoácidos predominantemente de la carne. Por ejemplo, además del conjunto estándar de aminoácidos, los perros y los gatos tienen un requerimiento de arginina. Los gatos tienen un requerimiento elevado de aminoácidos azufrados como la metionina y requerimiento de la aminosulfona taurina. Curiosamente, hace poco se descubrió que algunos perros pueden requerir también de la taurina en la dieta (Fascetti et al., 2003). Además, las dietas comerciales tanto de perros como de gatos a menudo son limitantes en triptofano a menos de que se proporcionen cantidades adecuadas de proteínas de carne. 
Además del requerimiento del ácido linoleico, como el perro y muchas otras especies, los gatos también requieren de ácido araquidónico. Más recientemente se ha observado que los perros y gatos tienen un requerimiento condicional de formas de ácidos grasos omega-3de la dieta, tales como los ácidos eicosapentaenoico y docosahexaenoico. Los gatos también tienen un requerimiento de vitamina A preformada, ya que no cuentan con los sistemas enzimáticos necesarios para dividir el β-caroteno en vitamina A. Irónicamente, se ha informado que tanto gatos como perros montan una respuesta mejorada del sistema inmunológico cuando se suplementan con carotenoides tales como β -caroteno y luteína (Chew y Park, 2004). Los gatos requieren de biotina de la dieta, pero los perros no, y ninguno tiene un requerimiento en la dieta de inositol o vitamina C. 
Ni el perro ni el gato tienen un requerimiento verdadero de carbohidratos de la dieta, pero ambas especies tienen una necesidad de glucosa metabólica. Esta necesidad de glucosa metabólica se puede cubrir a través de la conversión de aminoácidos en la vía gluconeogénica. Debido a su constitución carnívora, el gato se encuentra en un estado casi constante de conversión de proteína de la dieta a glucosa a través de esta vía. Aunque los carbohidratos no son absolutamente requeridos, se pueden utilizar en la dieta si están bien adecuadamente cocidos, si bien es cierto que de forma más eficiente por parte del perro que del gato. La mayor parte de los carbohidratos de la dieta provienen de granos y en un menor grado, de tubérculos. Estos carbohidratos también forman parte esencial de la fabricación del pelet o kibble. Aunque los perros y los gatos no requieren fibra, hay una creciente evidencia de que la adición de niveles moderados (de 3 por ciento a 7 por ciento) de fibra soluble y fermentable, brinda beneficios a la salud del tubo gastrointestinal bajo del animal y para el dueño esto resulta en heces más consistentes y menos olorosas. 
Además del requisito estándar de minerales macro y traza en la dieta, la nutrición de minerales se puede convertir en una cuestión de importancia para perros, y especialmente para gatos, si el animal está predispuesto a nefropatías o enfermedades de las vías urinarias. Específicamente, la eliminación de minerales de la dieta en exceso por parte de la mascota puede exacerbar las condiciones tales como la insuficiencia renal o la urolitiasis. Por esta razón, se han desarrollado dietas bajas en cenizas, bajas en magnesio y bajas en fosfatos. Esta área probablemente va a continuar evolucionando conforme entendamos mejor la relación entre la nutrición de minerales en exceso y la etiología de la enfermedad. 
Más allá de cubrir las deficiencias nutricionales, la investigación está activa en áreas tales como la nutrición de perros atletas o de trabajo, obesidad y diabetes, envejecimiento, insuficiencia de los órganos (por ejemplo, nefropatías), enfermedades inflamatorias como la osteoartritis y dermatitis, y muchas, muchas otras. Un área de creciente interés es la investigación en nutrición del atleta canino. Los perros de trabajo en ocupaciones tales como búsqueda y rescate, olfateo de bombas, olfateo de drogas, guía y arreo de ganado, deben de tener una nutrición que sustente este propósito para poder desarrollarse con eficacia óptima. Los perros de deportes, tales como los de trineos, los galgos de carreras, los perros de caza y los de agilidad tienen demandas de nutrientes tremendas en su actividad pico. Esta nutrición está mucho más allá del mínimo. De estas investigaciones, se ha aprendido que el atleta canino tiene una tremenda capacidad oxidativa y beneficios de dietas que incluyen proteínas de origen animal y ácidos grasos de fuentes animales y marinas (Reynolds, 1996). Además de los beneficios para el perro o el gato, ha sido benéfica también la gran cantidad de investigación en nutrición de animales de compañía para la nutrición y medicina humanas.
 
Lo requerido contra lo óptimo y las necesidades contra los deseos. 
Cuando se formulan dietas, las guías a cumplir son los requerimientos de nutrientes de las publicaciones Nutrient Requirements of Dogs del National Research Council de 1985, Nutrient Requirements of Cats del National Research Council de 1986 y los recientemente publicados Nutrient Requirements of Dogs and Cats también del National Research Council de 2006, así como los perfiles de nutrientes de 2006 de la Association of American Feed Control Officials (AAFCO) 2006 para perros y gatos. Cada uno está publicado con valores con excedentes tomados en cuenta para representar la amplia variedad entre animales y los ingredientes de la dieta. Además, la mayoría de los dueños de mascotas se preocupan más con asuntos de la longevidad y la salud, que con ahorrar unos centavos para cumplir solamente con el mínimo. De esta forma, los alimentos para mascotas no están formulados con el “mínimo” como es costumbre en los alimentos para la ganadería; en lugar de esto, la mayoría están “optimizados” a algún nivel de apoyo nutricional que cumpla o sobrepase la noción percibida de la compañía de alimentos para mascotas de la “mejor nutrición” para el perro o el gato. Existen enormes diferencias de opinión entre las compañías debido a sus propios hallazgos de investigación, filosofías nutricionales y la inversión en ciertas “posiciones” de franquicias. Por dar sólo un ejemplo, hay una gran disparidad entre si un perro viejo debe alimentarse con una cantidad baja, media o alta de proteína. Cada compañía tiene una fuerte opinión respaldada por investigación tanto interna como externa, que apoya su posición en particular, pero hay poco consenso, muy parecido a lo que hay en alimentos para consumo humano en donde compiten marcas como Weight Watchers, Jenny Craig y la Dieta de Atkins.
 
Otras especies de animales de compañía. 
Los caballos, conejos, hurones, roedores, pájaros y otras numerosas especies de animales de compañía se alimentan de alimentos comerciales. Aparte de los caballos y los conejos, éstas se consideran como mascotas especiales. La formulación de dietas para estas especies, si es justo agruparlos en una sola categoría, está impulsado principalmente por la comodidad y el sesgo de los ingredientes más que por el costo más bajo. Aunque el costo de producción de los caballos de desempeño y de los conejos de producción puede ser una cuestión de costo de producción, para los animales que se consideran como mascotas no representa un problema. Los alimentos para caballos y conejos son principalmente vegetarianos en naturaleza (es decir, es una dieta hecha de granos, proteínas, grasa, mezcla de vitaminas y minerales destinadas a complementar la dieta del forraje). El hurón es una excepción de este grupo. Nutricionalmente es muy parecido al gato y tiene un requerimiento muy alto de proteínas de calidad y prácticamente poco o nada de fibra. De esta manera, los ingredientes reciclados de origen animal, tienen una parte destacada en la dieta. En las casas de hoy en día se encuentran numerosas mascotas de bolsillo o roedores (por ejemplo, ratas, ratones, gerbos, hámsters y cuyos), y muy a menudo los alimentos comerciales están hechos a base de granos y proteínas vegetales. Las consideraciones de las fórmulas de estas mascotas con frecuencia se basan en las recomendaciones de nutrientes de animales de laboratorio de investigación. Se utiliza solamente una cantidad limitada de ingredientes reciclados en estas dietas para roedores. Las aves exóticas y aves de mascotas, tales como las guacamayas, pericos y pinzones, etc., con regularidad se les alimenta con alimentos comerciales. Tienen requerimientos de nutrientes muy parecidos al ave domesticada (es decir, el pollo y el pavo), sin la necesidad de una eficiencia del costo. El asunto aquí, como con los perros y los gatos, estriba en la longevidad y la salud. La dieta debe de ser visualmente atractiva para el dueño y el ave, y debe de ser completa desde el punto de vista de nutrición. Con frecuencia se añaden pigmentos (por ejemplo, xantofilas) para mantener el color del plumaje. Los ingredientes reciclados de origen animal no forman parte regular de la mezcla de ingredientes para estas aves.
 
Nivel general de investigación. 
Comparado con el financiamiento para la investigación de la nutrición del ganado o humana, la nutrición de perros y gatos, en el mejor de los casos, es una consideración secundaria. En su mayoría, no hay un financiamiento gubernamental directo para la investigación de la nutrición de animales de compañía. La mayor parte de esta investigación está financiada, ya sea por las compañías de alimentos para mascotas, los proveedores de ingredientes o los grupos de intereses especiales, tales como las asociaciones y las fundaciones de razas. Indirectamente, el financiamiento se ha proporcionado a través del interés en usar el perro y el gato como un modelo de investigación para la nutrición humana. Existen beneficios comprobados en un número limitado de casos. Los grupos activistas han tenido una influencia negativa en el nivel de burocracia necesaria para iniciar la investigación, y por lo tanto ha disminuido el financiamiento para la investigación de animales de compañía. Esto no ocurre como resultado de la incapacidad financiera, sino más bien por el “temor” a represalias de los grupos radicales y de cómo pueden distraer de las relaciones públicas y las campañas de publicidad de los multiconglomerados de compañías de alimentos para mascotas de hoy en día. Para contrarrestar esto, ha habido un incremento general en el financiamiento de los proveedores de ingredientes y de los grupos comerciales. Aunque se ha logrado un avance sustancial en los últimos años, todavía hay una necesidad de investigación fundamental con respecto a la composición de ingredientes, disponibilidad de nutrientes y los efectos de ambas cosas cuando se combinan en un alimento procesado para mascotas (Fahey, 2004).
 
Producción y procesos de los alimentos para mascotas. 
Hablar de los alimentos para mascotas sin hacer un breve análisis de los procesos por los que se fabrican, sería sólo dar una fracción del panorama con respecto a estos alimentos y la nutrición de mascotas. Hoy en día, muchos alimentos para mascotas se procesan no sólo por la nutrición de la mascota, sino por la comodidad también del dueño de la mascota. Esta comodidad es la culminación de varios factores: (1) alimentos que están balanceados nutricionalmente por expertos para dueños de mascotas que tengan o no conocimientos de nutrición de perros o gatos, (2) alimentos en una forma y formato que sean fáciles de usar, (3) alimentos que prácticamente sean libres de desperdicios y (4) alimentos que minimizan los inconvenientes de almacenamiento, deterioro, infestación, etc. En muchos sentidos, la popularidad de la propiedad moderna de mascotas es el producto de alimentos balanceados comerciales con mucho éxito, sanos y cómodos de usar.
Hay tres formatos básicos en los alimentos para mascotas y premios: horneados, enlatados húmedos (que incluyen los empaques esterilizados) y extruídos. Excepto por los alimentos para mascotas pequeñas y exóticas y caballos de compañía, se venden muy pocos alimentos peletizados o granulados comerciales. Algunos de los primeros alimentos para mascotas que se vendían comercialmente (alrededor de 1860) se producían en un proceso de horneado similar a lo que todavía se usa para la producción de galletas saladas y de bizcochos de hoy en día (Corbin, 2003). El proceso involucra la mezcla de una masa rígida que se basaba principalmente en harina de trigo. La masa se prensaba en una “forma” en un molde giratorio. Las piezas moldeadas se transportaban a través de un horno de túnel largo en una banda transportadora, y se cocinaban por aplicación directa de calor. El producto resultante al final del horneado era un bizcocho, pellet o galleta seca (caliente) y quebradiza. La producción de un producto que mantuviera su forma dependía de una cantidad alta de harina de granos como el trigo, que contiene la proteína gluten. La proteína gluten actúa como pegamento que mantiene la forma de la pieza y ayuda a resistir el quebrado. A través del proceso de cocción, la pieza no se expande, pero se crea algo de textura mediante los enlaces cruzados de las proteínas. El proceso, relativo a otros métodos estándar de producción de alimentos para mascotas, es lento y costoso. Desde el punto de vista positivo, el horneado crea sabores a horneado que a muchos perros les gusta, pero en general, el horneado no produce alimentos buenos para los gatos. El proceso puede usar carnes frescas o congeladas y harinas de proteína de carne y harinas de proteínas vegetales como fuentes de proteína.
Las carnes y pescados enlatados eran la manera en la que empezaron muchas compañías prominentes de alimentos para mascotas de hoy en día. El primer alimento enlatado para mascotas se introdujo en la década de 1920 y desde entonces ha sido una parte destacada de la industria. El alimento para mascotas cocido en autoclave (esterilizado) y sellados herméticamente en una lata, en bolsas o en bandejas proporcionan un alimento cómodo, fácil de servir y atractivo, o un premio para muchos perros y gatos, aunque actualmente el término “enlatado” no se usa mucho en comercialización. Los detractores citan que el precio de comprar altas cantidades de agua, el potencial de que se eche a perder y en la acumulación dental como partes negativas. A la inversa, los alimentos enlatados comúnmente se recomiendan como parte del régimen de tratamiento de la urolitiasis (obstrucción de las vías urinarias) en gatos, para poder hacer que consuman más agua. Los alimentos enlatados para mascotas dependen de las carnes frescas o congeladas, y de cantidades limitadas de granos. Se utilizan pequeñas cantidades de grasas animales, pero sólo bajo circunstancias especiales se emplean harinas recicladas de origen animal.
A mediados de la década de 1950, se produjeron los primeros alimentos extruidos para mascotas. Esto fue un gran avance tecnológico para los alimentos para mascotas de aquella época, que eran “harinas” granulares sueltas de calidad y contenido nutritivo inconsistentes. El proceso de extrusión permite la formación de una pieza texturizada que fue rápidamente aceptada por el perro y simultáneamente mantiene los nutrientes juntos, por lo que se proporciona en cada bocado un complemento completo de los nutrientes. También proporciona la cocción (gelatinización) del almidón en los granos (Riaz, 2003), que mejoran la digestibilidad y disminuyen la diarrea y flatulencia recurrentes que se relacionan con el almidón no digerido en los intestino bajo. Además, el proceso sirve para esterilizar los ingredientes que de otra manera estarían altamente inoculados de bacterias patógenas. La desventaja era el efecto que la cocción adicional tenía sobre las proteínas, vitaminas y otros nutrientes termolábiles, especialmente los ingredientes como las harinas recicladas de proteínas de origen animal que ya habían estado procesadas térmicamente (Murray et al., 1998). Además, estos ingredientes previamente tratados con calor perdían la mayor parte de sus propiedades funcionales y no contribuían a la expansión de la pieza a la salida del extrusor. Para compensar, se pueden añadir almidones especializados, proteínas vegetales o proteínas secadas por aspersión para lograr la forma, textura y densidad deseadas. Los otros puntos negativos se han resuelto mediante la formulación correctiva, tecnologías de protección especial (por ejemplo, encapsulación), selección de ingredientes especializados que resisten los efectos del proceso de extrusión (por ejemplo, vitamina C fosforilada) y controles de procesamiento más refinados. Las harinas recicladas de proteínas animales, a menudo representan la mayoría de la proteína que se utilizan los alimentos extruídos para mascotas, mientras que las grasas, aceites, sabores y otros ingredientes termolábiles, pueden aplicarse en la superficie después de la extrusión y el secado.
La mayoría de los alimentos extruidos para mascotas se venden con un contenido de humedad de menos del 12%; sin embargo, hay un mercado importante de productos de humedad más alta (de 20 a 28 por ciento). Estos alimentos suaves húmedos o semihúmedos se cuecen como una masa antes de la extrusión y simplemente se “forman” en el extrusor. No se secan para controlar el crecimiento microbiano, sino que más bien el control fúngico se controla mediante el manejo de la actividad acuosa con humectantes y conservadores inhibidores de hongos (Rokey, 2003). Los humectantes, tales como la dextrosa, propilenglicol, glicerina y emulsificantes (por ejemplo, lecitina) ligan al agua, lo que previene que lo usen las esporas de los hongos. Los conservadores de ácidos orgánicos, como el sorbato de potasio, el ácido sórbico, el benzoato y otros, han mostrado ser muy seguros y que inhiben el crecimiento de los hongos a dosis muy bajas. Además de las carnes frescas y congeladas, las harinas recicladas de origen animal y las grasas animales forman parte importante de estos productos de humedad intermedia.
 
Utilización de ingredientes reciclados de origen animal en los alimentos para Mascotas.
Mercado, volumen y tendencias. 
No hay cifras que se obtengan con facilidad para brindar aspectos específicos de la cantidad de subproductos de origen animal que se utilizan en los alimentos para mascotas. Sin embargo, a través de algunos cálculos y suposiciones, es posible determinar un volumen razonable. Si uno fuera a dar por sentado que el costo promedio de todos los alimentos para mascotas vendidos es de US$0.60/libra, entonces con base en las ventas totales de alimentos para mascotas ($14,500 millones de dólares en 2005), las toneladas totales producidas cada año estarían alrededor de los 12 millones. Si los ingredientes reciclados de origen animal constituyeran el 20 por ciento de estos 12 millones de toneladas de todos los productos (harinas de proteína, grasas, otros), entonces la industria de alimentos para mascotas estaría consumiendo alrededor de 2.4 millones de toneladas al año. Esto representa aproximadamente el 25 por ciento de la producción total de Estados Unidos de materiales reciclados de origen animal durante el mismo periodo (Swisher, 2005). Esto indica una dependencia sustancial y una conexión entre la industria de alimentos para mascotas y la industria de reciclaje de subproductos de origen animal. Esta dependencia de la industria de alimentos para mascotas es de un suministro vital de proteínas y grasas de origen animal para cubrir las demandas de sus clientes; para la industria del reciclaje es una salida importantes de sus productos con un tremendo valor agregado con tendencia a la alza. El aumento en el conocimiento de las oportunidades y limitantes entre las dos industrias va a proporcionar un aumento en el valor de ambas, en donde los ganadores al final son los dueños de las mascotas y sus mascotas.
 
Harinas de proteína. 
Las compañías de alimentos para mascotas detallan requerimientos de compra muy específicos de sus ingredientes, entre los que se incluyen los subproductos de origen animal. Las definiciones de la AAFCO son “punto de partida” de estas especificaciones.
 
Harina de carne y hueso y harina de carne. 
La harina de carne y hueso ha sido la proteína básica en los alimentos para mascotas y todavía muchos la usan hasta el día de hoy. Sin embargo, su popularidad ha disminuido en los últimos años debido a varias cuestiones. Probablemente la más importante es que la harina de carne y hueso ya no se le considera como “apta para la etiqueta”. Lo que esto significa específicamente, es que la nomenclatura es demasiado genérica para el cliente exigente de hoy en día. Los consumidores han sido enseñados para no confiar en algo que simplemente se le llama “carne”. Una harina de carne y hueso estrictamente de res o de cerdo probablemente sería mucho más aceptable para los consumidores, pero hasta hace poco no se encontraban fácilmente a disposición. Estas harinas están ahora a disposición a un precio mayor y se usan ampliamente en alimentos para mascotas. Para añadir algo más a los desafíos, se encuentran también su relación con los alimentos para ganadería más que con los alimentos para consumo humano, los recurrentes asuntos con la encefalopatía espongiforme bovina (BSE), inspecciones y mantenimiento de registros de todas las harinas de rumiantes y las preocupaciones de brotes de enfermedades tales como la fiebre aftosa. Estos problemas continúan presionando hacia abajo la popularidad de la harina de carne y hueso.
Nutricionalmente, la harina de carne y hueso sigue siendo una buena fuente de proteínas de origen animal con un nivel de proteína bastante consistente del 50 por ciento (Parsons et al., 1997, Pearl, 2004). Esto es nivel adecuado para las dietas tradicionales de alimentos para mascotas con niveles de proteína entre el 18 por ciento y el 26 por ciento. Como muchas otras proteínas de origen animal, es probable que la metionina, la cistina y los aminoácidos azufrados sean los primeros en ser limitantes. La composición de grasa va del 10 por ciento hasta un nivel alto del 25 por ciento, dependiendo del proveedor. El perfil de ácidos grasos puede variar algo y se parece a la composición del animal del que se originó la harina, por ejemplo, los ácidos grasos de res son proporcionalmente más saturados que los del cerdo. A propósito, con frecuencia se encuentran cantidades mensurables de ácidos grasos omega 3 en la harina de carne y hueso de origen rumiante. Debido a la naturaleza más saturada de los ácidos grasos en la harina de carne y hueso es intrínsecamente más resistente a la oxidación que muchas otras de las harinas de carne recicladas. El nivel más alto de cenizas (alrededor del 25 por ciento) en la harina de carne y hueso puede representar un desafío al formular en comparación con otras harinas de proteínas. Las especificaciones de la AAFCO restringen indirectamente las cenizas al establecer límites en los niveles de calcio y fósforo y su relación. Los niveles típicos de calcio y fósforo en la harina de carne y hueso son de 7.5 por ciento y 5.0 por ciento, respectivamente, y están fácilmente disponibles. Sin embargo, este nivel de minerales se hace problemático cuando se formulan alimentos con proteínas más altas (mayores al 30%) y bajo contenido de cenizas, como los que se hacen para gatos.
El aumento de los niveles de las cenizas en la harina de carne y hueso no ha mostrado que baje la digestibilidad de la proteína (Johnson et al., 1998, Shirley y Parsons, 2001). Sin embargo, tal vez esto no se deba directamente al efecto de las cenizas sobre la digestibilidad (Johnson y Parsons, 1997), sino más bien, se debe a la cantidad y calidad del tejido conectivo presente. El colágeno de baja calidad afecta la calidad de la proteína en la que una proporción más baja de aminoácidos esenciales y una proporción más alta de aminoácidos no esenciales, tales como la hidroxiprolina (Eastoe y Long, 1960) pueden ser los culpables de una digestibilidad más baja. El requerimiento (AAFCO) de residuo de pepsina indigestible de menos del 12 por ciento sirve parcialmente para controlar esto. Los sistemas de procesamiento y las temperaturas excesivas han mostrado también que afectan negativamente la digestibilidad de aminoácidos de la harina de carne y hueso (Wang y Parsons, 1998, Batterham et al., 1986). Pero en general, la digestibilidad de la harina de carne y hueso para animales de compañía es comparable a la de la harina de cordero y la harina de subproductos avícolas (Johnson et al., 1998). En las dietas para perros y gatos, no se ha notificado que la harina de carne y hueso afecte negativamente la flora intestinal, la consistencia de las heces o el volumen de éstas. Sin embargo, a menudo se culpa a la carne de res por la hipersensibilidad de alimentos por lo que la harina de carne y hueso es uno de los primeros ingredientes que se eliminan en un régimen de dieta por “eliminación”. Sin importar esta circunstancia especial, la palatabilidad, la aceptabilidad y la utilización de las dietas que contienen harina de carne y hueso en perros y gatos es bastante buena.
 
Harina de cordero. 
La harina de cordero ha sido un ingrediente popular en las dietas de perros y gatos en buena parte de los últimos 15 años. Inicialmente se consideraba como un ingrediente novedoso en las dietas para animales con alergias de origen alimentario (hipersensibilidad). Las dietas de harina de cordero y arroz fueron uno de los productos de crecimiento más rápido ofrecidos en el pasillo de alimentos para mascotas, al punto de que la oferta de harina de cordero fue sobrepasada por la demanda. Se rumoraba que habían entrado al mercado “análogos de harina de cordero” hechos de otras harinas de proteína, pero los fuertes controles debido a los problemas de BSE y scrapie, y la nueva tecnología de tipificación de ADN (Krcmar y Rencova, 2003) han hecho que esto sea ya un asunto del pasado. 
Hay algo de harina de cordero a disposición, sin embargo, la mayor parte de esta harina que se utiliza en alimentos para mascotas se deriva de la industria de la carne de cordero de Australia y Nueva Zelanda. La mayor parte de esta harina de cordero se elabora en un proceso de reciclaje de “baja temperatura”. Teóricamente, la calidad de la harina puede ser mejor porque se minimiza el daño térmico a las proteínas. Sin embargo, faltan datos que apoyen o refuten esta hipótesis. La harina de cordero es una categoría específica de especies de harina de carne, pero hay muy pocos datos del dominio público del ingrediente en sí. Analíticamente, la harina de cordero se asemeja a la composición de nutrientes a la harina de carne (y hueso). De la misma forma, se ha notificado que la calidad de la proteína de la harina de cordero es aproximadamente comparable a la de la harina de carne y hueso y alrededor del 75 por ciento de la harina de subproductos avícolas (Johnson y Parsons, 1997, Johnson et al., 1998). En el estudio de Johnson et al. (1998), la digestibilidad ileal de los aminoácidos esenciales lisina y treonina y de los aminoácidos azufrados no esenciales cistina fueron bastante bajos en las dietas que contenían harina de cordero. Esto se pudo haber debido a la contaminación de la harina de cordero con altos niveles de lana. La lana es alta en aminoácidos azufrados como la cistina, pero su disponibilidad nutricional es baja. La baja disponibilidad de cistina, un precursor de la taurina, puede explicar la miocardiopatía dilatada relacionada con este aminoácido en ciertas razas de perros que se alimentan de una dieta que, por lo demás, es nutricionalmente completa, que se basa en harina de cordero y arroz (Fascetti et al., 2003).
En la literatura hacen falta datos sobre los efectos de la harina de cordero en las dietas para perros y gatos sobre la palatabilidad, la vida de anaquel y la apariencia. Como anécdota, la harina de cordero no se considera que sea la más palatable de las harinas de carne debido al aroma de “grasa de carne de ovino”. Los gatos prefieren otras harinas de carne que la harina de cordero. Existen preocupaciones por la rancidez y la corta vida de anaquel de los productos de harina de cordero que puede resultar del largo viaje desde Australia y Nueva Zelanda y los prooxidantes inherentes a la carne de cordero reciclada. Además, los altos niveles de la harina de cordero en un producto pueden conducir a un color gris. Si la harina contiene niveles considerables de contaminación de lana, podrá haber quejas de los clientes por los “pelos”, especialmente en los productos horneados como los bizcochos y los premios.
 
Harinas de proteína de subproductos avícolas. 
Las harinas de proteínas avícolas son una fuente de proteína de alta calidad que goza de popularidad, que se utilizan en los alimentos para mascotas. La industria de alimentos para mascotas consume un estimado del 23 por ciento de las proteínas avícolas recicladas que se producen cada año (Pearl, 2003). Sin embargo, la capacidad de hacer una declaración homogénea sobre este ingrediente termina aquí. Debido a algunas reglas inconsistentes con respecto a la nomenclatura de ingredientes, una creciente base de clientes de alimentos para mascotas y las presiones dentro de la industria avícola, están surgiendo una serie de nombres y clasificaciones para las harinas de proteínas avícolas. Para empezar, la AAFCO define a las proteínas avícolas recicladas de forma diferente a las harinas de carne. Esto ha creado algo de controversia en la industria de alimentos para mascotas y ha resultado en un nivel completo de confusión y mal encauzamiento de los clientes. Por definición la harina de subproductos avícolas (Sección 9.10) difiere de la harina avícola (Sección 9.71) sólo por la inclusión de “cabezas, patas y menudencias” (AAFCO, 2006). Además, se pueden etiquetar de manera específica a su “tipo” o clase y muchos recicladores lo han adaptado. De esta manera, existen numerosos productos disponibles en el mercado bajo este grupo: harinas de subproductos avícolas, harina de subproductos de pollo, harina de pollo, harina de subproductos de pavo y harina de pavo. No se sabe que se hayan desarrollado harinas de pato o de ganso cuando se escribió este capítulo. Para confundir más, existen diferentes calidades de productos avícolas reciclados en el mercado. La harina de subproductos avícolas “grado alimenticio animal” se utiliza de vez en cuando en los alimentos para mascotas, porque contiene un nivel más alto de cenizas y un contenido más bajo de proteínas. La harina de subproductos avícolas grado mascotas estándar contiene menos del 14 por ciento de cenizas y la harina avícola o la harina de subproductos avícolas bajas en cenizas contienen menos del 11 por ciento de cenizas. Ésta última se encuentra en cantidades limitadas a un precio premium y por lo general se reserva para las fórmulas de gatos de bajo contenido de cenizas. Una división más ha sido la solicitud de ciertos clientes de harinas de proteína avícola que se conservan contra la oxidación con compuestos naturales (sistemas antioxidantes naturales) más que con antioxidantes sintéticos tradicionales.
Entre los diversos nombres, clasificaciones e inferencias con respecto a la calidad o a la falta de ésta, existe muy poco en lo que respecta a las comparaciones directas entre “harina” y “harina de subproductos” que haya a disposición en la literatura. De los estudios que hay, los resultados están muy mezclados. Por ejemplo, Bednar et al. (2000) informaron que la digestibilidad de proteína fue mejor para la harina avícola que para la harina de subproductos avícolas. Sin embargo, en un estudio hecho con pollitos, la calidad de la proteína de la harina de pollo grado mascotas no difirió de la harina de subproductos de pollo (Aldrich y Daristotle, 1998). De este informe, lo datos sobre las piezas de pollo individuales indicaron que la calidad de la proteína de las patas, hueso y cartílago fue menor que de otras partes utilizadas en la harina de subproductos avícolas reciclada. Esto parece ser independiente del nivel de cenizas (Johnson et al., 1998, Johnson y Parsons, 1997, Yamka et al., 2003) e indicaría que sin importar si el calificador de “subproducto” esté presente o no, la cantidad de cartílago y tejido conectivo tuvo un impacto mayor sobre la calidad de la proteína. Además de esto, mientras más se procese la harina de proteínas en el reciclaje, más se va a socavar la calidad (Wang, 1997). Para complicar más las cosas, hay una variación sustancial en la composición de nutrientes de las harinas de proteína avícola (Locatelli y Hoehler, 2003). El control de esta variación constituye algo que las compañías de alimentos para mascotas deben de manejar de manera activa para garantizar un producto terminado consistente. La mayoría maneja esto estableciendo relaciones fuertes con proveedores seleccionados.
En general, las harinas de proteína avícolas las utilizan muy bien perros y gatos y constituyen una proporción más grande de proteínas en muchos de los alimentos para mascotas premium. El perfil de ácidos grasos complementa muy bien los requerimientos de nutrientes del perro y del gato. Además, contiene un nivel enriquecido del ácido linoleico esencial. La palatabilidad de las harinas de proteína avícola es muy buena tanto en perros como en gatos, y en muchos casos sirve de norma con los que se miden otros ingredientes.
 
Harinas de proteína de subproductos de pavo. 
Los alimentos para mascotas que contienen harinas de proteínas de pavo se están generalizando, de tal manera que el ingrediente merece una descripción separada. Sin embargo, no se obtiene fácilmente la información nutricional sobre el pavo reciclado ni es un ingrediente que haya a disposición de manera constante. La mayor parte del pavo que se recicla se agrupa con el pollo y luego se procesa y etiqueta como harina de subproductos avícolas. Sólo hay unas cuantas compañías que producen o comercializan harinas de proteínas de pavo. Las harinas de proteína de pavo tienen un color café dorado un poco más oscuro, con un aroma "más rico" cuando se comparan con las harinas de proteína de pollo.
La composición de nutrientes de la harina de proteína de pavo generalmente se considera como un poco mejor que la harina de carne y hueso, lo que ha permitido que algunas compañías de alimentos para mascotas utilicen esta harina como un mejorador modesto de la harina de carne y hueso como fuente principal de proteína. El perfil de nutrientes de la harina de pavo es ligeramente menos favorable que el de la harina de proteína de pollo grado mascota. Por ejemplo, la harina de proteína de pavo tiene del 62 por ciento al 65 por ciento de proteína y los niveles de cenizas van del 18 por ciento al 25 por ciento, mientras que la harina de proteína de pollo grado mascota por lo general sobrepasa el 65 por ciento de proteína con menos del 17 por ciento de cenizas. Esto se puede deber a la eliminación más eficiente de la carne y otros materiales suaves para los mercados de consumo humano y de las salchichas, esto es, 78 por ciento del pavo termina en la carne para consumo, mientras que en el pollo sólo el 72 por ciento. De esta manera, la materia prima que llega al reciclaje en general es más baja en proteína y grasa y más alta en hueso (es decir, cenizas). El perfil de aminoácidos y ácidos grasos de la harina de pavo es muy similar a la de la harina de pollo. Contrario a lo que comúnmente se piensa, el nivel de triptofano en la harina de pavo no es mayor que el que se encuentra en la harina de pollo, por lo que tal vez no tenga el efecto calmante o inductor del sueño como a menudo se ha rumoreado. En la literatura no hay pruebas de alimentación directas de harina de pavo en perros o en gatos. Sin embargo, la digestibilidad in vitro y los perfiles de aminoácidos son lo suficientemente similares a la harina de subproductos de pollo, como para indicar que sería similar la utilización nutricional de la harina de pavo. La palatabilidad, aceptabilidad, utilización y la calidad de las heces de las dietas que contienen harina de proteína de pavo es muy buena cuando se alimenta ya sea a perros o a gatos. Sin embargo, el ingrediente no parece tener ninguna característica nutricional particular diferente a la de las harinas de proteína avícola o de pollo, aparte de su nombre en las campañas publicitarias.
 
Harina de pescado. 
La harina de pescado es un ingrediente cada vez más común en alimento para mascotas. Aunque hay algunas excepciones en las que la harina de pescado es el ingrediente proteínico regular, en su mayoría se añade sólo de forma secundaria como fuente de proteína. La harina de pescado en relación a las otras harinas principales de proteína, tiene un alto nivel de proteína con su correspondiente alta digestibilidad. Las harinas de pescado típicas contienen más del 19 por ciento de cenizas, lo cual puede ser problemático para los gatos, los cachorros, las razas grandes o las dietas terapéuticas. Aparte de que es una fuente de proteína de alta calidad, la harina de pescado también contiene entre el 8 por ciento a 12 por ciento de grasa que es rica en ácidos grasos omega 3, que incluye al ácido eicosapentaenoico (EPA, 20:5n3) y el ácido docosahexanoico (DHA, 22:6n3). De esta manera, en la mayoría de las dietas su principal propósito es servir como vehículo para proporcionar ácidos grasos. Existen indicaciones de que puedan ser necesarios estos omega 3 de cadena más larga. Aunque el método más directo de inclusión de estos ácidos grasos sería a través de los aceites de pescado, el uso de la harina de pescado sirve para un propósito adicional. La estabilización de aceites más altamente insaturados, como el aceite de pescado, puede ser bastante difícil, especialmente cuando se aplican en la superficie de los alimentos para mascotas. Sin embargo, por razones que aún no se entienden del todo, los ácidos grasos volátiles omega 3 que se encuentran en la harina de pescado parecen ser más fáciles de estabilizar en una aplicación en alimentos para mascotas que en el aceite que se aplica en la superficie. Esto es doblemente cierto para aquéllas compañías que intentan utilizar aceites marinos junto con la aseveración de que están naturalmente conservados. Como seguro y para cumplir con las leyes marítimas, los conservadores antioxidantes se pueden usar cuando lo garantice la situación.
Las harinas de pescado predominantes que existen y que usa la industria de alimentos para mascotas en Estados Unidos, son las harinas de menhaden del Golfo y del Atlántico, las harinas de capelín y arenque del Atlántico Norte y las harinas de macarela de Chile. En algunos alimentos para mascotas también se encuentran harinas de pescados de agua dulce, como el bagre de la región del delta del Mississippi. Existen diferencias sustanciales de composición en el perfil de ácidos grasos, estabilidad y niveles de cenizas entre las diferentes especies de pescados (Palstinen et al., 1985, Pike y Miller, 2000). Además, las diferentes harinas de pescado no necesariamente son intercambiables, ya que pueden afectar drásticamente la palatabilidad. El gato parece ser más sensible que el perro a los cambios en el origen de la harina. Hay muy pocos datos en la literatura sobre la utilización de nutrientes de la harina de pescado en perros y gatos. Éste es un caso en el que tal vez sea adecuado y aplicable utilizar datos de disponibilidad de nutrientes de la acuicultura y porcicultura. Los resultados de estas especies indicarían que la harina de pescado es una fuente de proteína de calidad muy alta para perros y gatos con pocos aspectos negativos, aparte de las consideraciones de la composición como las cenizas y la estabilidad.
 
Grasas y aceites. 
En la dieta, la grasa proporciona una fuente concentrada de energía, ácidos grasos esenciales y una vía para la absorción de vitaminas liposolubles, textura, aroma y sabor. La grasa, en sí misma, incrementa la palatabilidad de la dieta hasta un cierto punto en gatos y sin ningún límite en perros. La adición de grasa a la dieta para cumplir la legislación de la etiqueta, garantiza que a menudo se llegue al 10 por ciento de la fórmula. Aunque la energía y los ácidos grasos esenciales son una preocupación de nutrición, el mantenimiento de la estabilidad del alimento es una cuestión muy importante. La grasa oxidada de la dieta se ha relacionado con valores de energía metabolizable más bajos (Pesti, 2002), un crecimiento más lento de los cachorros, una disminución de la inmunidad y concentraciones en la dieta y en el suero más bajas de ácido linoleico (Turek et al., 2003). Son muy importantes la elección de la fuente de grasa correcta y el método para retener su frescura.
Sebo: El sebo era una de las grasas originales que se aplicaron en los  primeros alimentos comerciales para mascotas; todavía hay varias compañías que actualmente la siguen usando. La mayor parte de la grasa animal que se vende como sebo proviene de plantas y animales inspeccionados federalmente y tienen una calidad y composición reglamentada, algo que muchas otras grasas y aceites no pueden afirmar. Aunque se pueden encontrar otras grasas animales en el sebo, desde el punto de vista práctico se deriva de la res porque es la carne dominante en Estados Unidos y Europa. Debido a la naturaleza saturada de los ácidos grasos(es decir, las grasas saturadas son sólidas a temperaturas altas) en la grasa de los bovinos, muy a menudo cumple con la definición de sebo: un título de 40 y un punto de fusión de 40º C.
Para muchos, las grasas “más duras” como el sebo tienen una connotación nutricional baja debido a la relación negativa de las grasas saturadas con el transporte de lipoproteínas, colesterol y la cadripatía coronaria. En realidad, esto es una cuestión nutricional del ser humano, ya que la cardiopatía coronaria no es un problema de salud prevalente en perros y gatos. Los perros y gatos se consideran como “especies HDL”, lo que significa que tienen preponderancia por los lípidos de alta densidad “buenos” en su circulación. Los ácidos grasos en el sebo de res son alrededor de 50 por ciento saturados, con una pequeña cantidad de ácido linoleico (AL, 3.0%) y ácido linolénico (ALA, 0.6%) y ninguno de los ácidos grasos omega 3 de cadena más larga (EPA o DHA). El sebo de carne de cordero tiene un nivel similar de saturación (47 por ciento), pero con un nivel ligeramente más alto de AL (5.5 por ciento) y ALA (2.3 por ciento). Ya que el sebo de res se considera como grasa “saturada” y es una fuente de grasa común para perros y gatos, a menudo sirve como punto de partida o tratamiento “control” en la investigación de ácidos grasos.
La digestibilidad del sebo es alta (es decir, digestibilidad aparente de la grasa de 97 por ciento o mejor) y comparable a otras fuentes de grasa, como la grasa de pollo o la manteca. Entre las diferentes fuentes de grasa, el sebo de res es bien conocido por ser uno de los más palatables. El sebo de cordero no es tan palatable, posiblemente debido al aroma. La grasa animal del sebo ha mostrado incluso ser de beneficio para las “calificaciones de agudeza olfatoria” (Altom et al., 2003), que se puede traducir a efectos benéficos durante la caza. El sebo también se considera ser más estable que las grasas menos saturadas y requiere de menos adición de antioxidantes para lograr la meta de vida de anaquel. El sebo contiene también un pequeño nivel de ácido linoleico conjugado que ha mostrado ahora ser prometedor como un potente elemento natural de lucha contra el cáncer. El sebo es una buena “plataforma” para proporcionar energía y sabor, pero una dieta balanceada puede requerir de la adición de aceite complementario enriquecido con ácido linoleico y ácidos grados omega 3.
 
Manteca y grasa blanca de primera. 
La manteca y la grasa blanca de primera también son grasas animales comunes que se utilizan en los alimentos para mascotas. Se derivan principalmente del cerdo y muy comúnmente se etiquetan de manera genérica como grasa animal. Al igual que el sebo, la mayor parte de la manteca utilizada en los alimentos para mascotas proviene de plantas con inspección federal, además de que una porción del suministro disponible es apto para el consumo humano. De esta manera, las compañías de alimentos para mascotas pueden competir parcialmente por este ingrediente en el mercado de consumo humano. Debido a su abundancia, el costo típicamente no es mayor que el de otras fuentes de grasa.
La proporción de ácidos grasos esenciales, tales como el ácido linoleico, pueden variar entre el 3 por ciento y el 16 por ciento (Firestone, 1999). Hasta cierto grado, esto se puede ver influenciado por las dietas con las que los cerdos se alimentan antes del sacrificio. La manteca es relativamente fácil de estabilizar debido a su preponderancia de ácidos palmítico y oleico. La manteca y la grasa blanca de primera van de semisólidas a un líquido viscoso a temperatura ambiente. Pueden solidificarse durante el clima más frío, por lo que pueden ser un problema el transporte y el manejo. Además, se pueden utilizar para recubrir alimentos cuando estén calientes para que haya una penetración adecuada. La digestibilidad de la manteca es alta, comparable a otras grasas. Las palatabilidad es buena tanto para gatos como para perros.
 
Grasa avícola. 
La grasa de las aves, y más específicamente la del pollo, se ha convertido en una fuente de grasa muy común en alimentos para mascotas. La cantidad de grasa de aves que se utiliza en alimentos para mascotas probablemente es más del 10 por ciento al 20 por ciento de los 403,000 toneladas (888 millones de lb) de grasa avícola producidas en 2003 (U.S. Census Bureau).
Hay diferentes fuentes de las que se puede obtener grasa avícola: reciclada, reciclada y refinada y blanqueada a baja temperatura. Difieren con respecto a la calidad, consistencia y costo, y también pueden diferir incluso ligeramente en nutrientes menores (por ejemplo, carotenoides), palatabilidad y estabilidad. La estabilización de la grasa de pollo en el almacenamiento a granel no representa un gran desafío; sin embargo, cuando se añaden a alimentos para mascotas, la estabilidad se puede convertir en un problema. La potencia de la aplicación del conservador debe considerar el alimento, así como su manejo y empaque. Además, la condición de la grasa al momento en que se añadan los conservadores es crítica, es decir, mientras más bajo sea el contenido de humedad, el valor del peróxido, el nivel de ácidos grasos libres y las impurezas, es mejor. La compensación de esto es el costo, la disponibilidad, el sabor y el aroma.
La grasa de pollo es una buena fuente de ácido linoléico esencial (19.5 por ciento, USDA-ARS, 2006) y alrededor del doble del de la manteca. La grasa de pollo va muy bien en las dietas de perros y gatos porque está muy aceptada por ambos tipos de animales, ya que tiene un sabor que lo prefieren en comparación con muchas otras grasas. La grasa de pollo es comparable a otras fuentes de grasa, tales como el sebo y la grasa de cerdo en cuanto a digestibilidad y contribución general de energía metabolizable a la dieta.
 
Aceite de pescado. 
La mayoría de la investigación de los ácidos grasos omega 3 en perros y gatos se ha realizado con los omega 3 de cadena más larga del aceite de pescado (por ejemplo, EPA y DHA). Estos aceites se derivan principalmente de los peces pelágicos, tales como menhaden, anchoveta, arenque y macarela. Esta familia de peces típicamente se encuentra en costas templadas de latitud más baja a las subtropicales. Son conocidos por tener un fuerte sabor y aroma aceitoso que no es del gusto de la mayoría de la gente, pero aunque esto no parece ser problema para los perros, algunos gatos pueden mostrar preferencias por un aceite de pescado comparado con otro. La mayoría de los aceites de pescado se añaden a la superficie de los alimentos para mascotas después de la extrusión y del secado. La aplicación de aceite de pescado para cumplir con el nivel deseado de ácidos grasos omega 3 por lo general es menor al dos por ciento de la fórmula. Esta pequeña cantidad puede ser un desafío para medirla de manera precisa sin un equipo bien diseñado. La aplicación en la superficie también puede conducir a preocupaciones por la palatabilidad.
El perfil de ácidos grasos de los diferentes aceites de pescado puede variar sustancialmente. La mayor parte del aceite de pescado que se utiliza en la industria de alimentos para mascotas se obtiene por presión en frío y por refinación. Aunque mientras más procesado sea el aceite, más es el costo, la compensación es un mejor manejo, aceptación del animal y vida de anaquel. La estabilización del aceite de pescado a granel contra la oxidación requiere de muy poco a prácticamente nada de conservadores; lo mismo sucede con el aceite en los alimentos para mascotas enlatados. Sin embargo, la aplicación en la superficie de un alimento extruido seco se puede convertir en un problema de oxidación. El conservador antioxidante más eficaz es la etoxiquina; sin embargo, pueden ser eficaces los sistemas antioxidantes naturales basados en tocoferoles.
Una vez ingerido, la utilización de aceite de pescado es similar a otras fuentes de grasa. Los ácidos grasos omega 3 aparecen en la circulación a las pocas horas de ingerirlos y sus beneficios duran varias semanas.
 
Otros ingredientes reciclados. 
Ha habido numerosos intentos de utilizar la harina de gallinas de descarte en los alimentos para mascotas. Sin embargo, no se ha desarrollado ningún nombre que sea "apto para la etiqueta”. Hasta que se encuentre un método apto, es poco probable que se vaya a usar la harina de gallinas de descarte recicladas. La harina de plumas, aunque es rica en aminoácidos deseables, como la metionina y cistina, rara vez se encuentra en los alimentos para mascotas, si es que se llega a usar. Esto es probable que se deba a problemas de etiquetado y a la traducción para el dueño de la mascota. Además, no es adecuada la digestibilidad y la utilización de los aminoácidos azufrados como para justificar su uso. Las investigaciones recientes indicarían que aunque la harina de sangre es una buena fuente de proteína, desde la perspectiva de la calidad de la proteína existen problemas de palatabilidad en perros (Dust et al., 2005). Esto puede limitar su uso para cualquier otra cosa que una aplicación muy especializada como dietas de prescripción enteral o parenteral. El cartílago de las articulaciones y los huesos típicamente representan materiales que no son deseables, debido a su alto grado de tejido conectivo y al nivel bajo de aminoácidos esenciales. Sin embargo, hay un par de aplicaciones en la industria de alimentos para mascotas que pueden beneficiarse de estas fracciones. Específicamente, ha habido esfuerzos por introducir fuentes más “naturales” de condroprotectores, como la glucosalina y el sulfato de condroitina en la dieta. Éstos tradicionalmente se han obtenido de China de extractos de tráquea de bovino (sulfato de condroitina) y conchas de crustáceos (glucosamina). Se pueden encontrar niveles naturales y mensurables en el cartílago del hueso, el cual lo ha comercializado al menos una compañía. Además, existe un movimiento, si bien es cierto que pequeño, de desarrollar alimentos que se basen en ingredientes más holísticos: para este propósito, la harina de hueso al vapor proporciona calcio, fósforo y una serie de otros minerales traza.
Es probable que haya más oportunidades para extraer nutrientes específicos de materiales reciclados de origen animal. La dependencia va a recaer en la creatividad de los desarrolladores de productos y de los incentivos económicos que presenten estas oportunidades.
 
Bibliografía.
  • 1. AAFCO. 2006. Association of American Feed Control Officials. Official Publication.
  • 2. Aldrich, C.G., and L. Daristotle. 1998. Petfood and the economic impact. Proc. California Animal Nutrition Conference, Fresno, CA. pp. 140-148.
  • 3. Altom, E.K., G.M. Davenport, L.J. Myers, and K.A. Cummins. 2003. Effect of dietary fat source and exercise on odorant-detecting ability of canine athletes. Res. Vet. Sci. 75:149-155.
  • 4. American Horse Council. 2005. National Economic Impact of the U.S. Horse Industry.
  • 5. APPMA. 2006. Industry statistics and trends. www.appma.org/press_industrytrends.asp. Consultado el 16 de marzo de 2006.
  • 6. Batterham, E.S., R.E. Darnell, L.S. Herbert, and E.J. Major. 1986. Effect of pressure and temperature on the availability of lysine in meat and bone meal as determined by sloperatio assays with growing pigs, rats and chicks and by chemical techniques. Br. J. Nutr. 55:441-453.
  • 7. Bauer, J.E. 2004. Fatty acid research review. Proc. Petfood Forum 2004, Chicago, IL. Petfood Industry, Watt Publishing Co., Mt. Morris, IL. pp. 116 – 140
  • 8. Bednar, G.E., S.M. Murray, A.R. Patil, E.A. Flickinger, N.R. Merchen, and G.C. Fahey Jr. 2000. Selected animal and plant protein sources affect nutrient digestibility and fecal characteristics of ileally cannulated dogs. Arch. Anim. Nutr. 53:127-140.
  • 9. Brown, S.A., C.A. Brown, W.A. Crowell, J.A. Barsanti, C. Kang, T. Allen, C. Cowell, and D.R. Finco. 2000. Effects of dietary polyunsaturated fatty acid supplementation in early renal insufficiency in dogs. J. Lab. Clin. Med. 135:275-286.
  • 10. Case, L.P., D.P. Carey, D.A Hirakawa, and L. Daristotle. 2000. Canine and Feline Nutrition: A Resource for Companion Animal Professionals. 2nd ed. Mosby Inc., St. Louis.
  • 11. Chew, B.P., and J.S. Park. 2004. Carotenoid action on the immune response. J. Nutr. 134:257S-261S.
  • 12. Corbin, J. 2003. The history of petfood. Petfood Technology. J.L. Kvamme and T.D. Phillips, ed. Watt Publishing Co., Mt. Morris, IL. pp. 514-516.
  • 13. Davenport, G., R. Kelley, E. Altom, and A. Lepine. 2001. Effect of diet on hunting performance of English pointers. Vet. Therapeutics. 2:1-14.
  • 14. Dust, J.M., C.M. Griseshop, C.M. Parsons, L.K. Karr-Lilienthal, C.S. Schasteen, J.D. Quigley III, N.R. Merchen, and G.C. Fahey Jr. 2005. Chemical composition, protein quality, palatability, and digestibility of alternative protein sources for dogs. J. Anim. Sci. 83:2414- 2422.
  • 15. Eastoe, J.E., and J.E. Long. 1960. The amino-acid composition of processed bones and meat. J. Sci. Food Agric. 11:87-92.
  • 16. Euromonitor. 2005. The petfood report: New products are coming from the premium segment with a promise of healthcare benefits. Petfood Industry, November 2005. pp. 41-43.
  • 17. Fahey, G.C., Jr. 2004. Research needs in pet nutrition. Proc. Petfood Forum 2004. Chicago, IL. pp. 69-75.
  • 18. Fascetti, A.J., J.R. Reed, Q.R. Rogers, and R.C. Backus. 2003. Taurine deficiency in dogs with dilated cardiomyophathy: 12 cases (1997-2001). J. Am. Vet. Med. Assoc. 223:1137- 1141.
  • 19. Firestone, D. 1999. Physical and Chemical Characteristics of Oils, Fats, and Waxes. AOCS Press.
  • 20. Freeman, L.M., J.E. Rush, J.J. Kehayias, J.N. Ross Jr., S.N. Meydani, D.J. Brown, G.G. Dolnikowski, B.N. Marmor, M.E. White, C.A. Dinarello, and R. Roubenoff. 1998. Nutritional alterations and the effect of fish oil supplementation in dogs with heart failure. J. Vet. Intern. Med. 12:440-448.
  • 21. Fuller, H.L. 1996. Utilizing rendered products: poultry. The Original Recyclers. D.A. Franco and W. Swanson, ed. The Animal Protein Producers Industry, The Fats and Proteins Research Foundation, and The National Renderers Association. pp. 107-128.
  • 22. Johnson, M.L., and C.M. Parsons. 1997. Effects of raw material source, ash content, and assay length on protein efficiency ratio and net protein ratio values for animal protein meals. Poult. Sci. 76:1722-1727.
  • 23. Johnson, M.L., C.M. Parsons, G.C. Fahey Jr., N.R. Merchen, and C.G. Aldrich. 1998. Effects of species raw material source, ash content, and processing temperature on amino acid digestibility of animal by-product meals by cecectomized roosters and ileally cannulated dogs. J. Anim. Sci. 76:1112-1122.
  • 24. Kearns, R.J., M.G. Hayek, J.J. Turek, M. Meydani, J.R. Burr, R.J. Greene, C.A. Marshall, S.M. Adams, R.C. Borgert, and G.A. Reinhart. 1999. Effect of age, breed and dietary omega-6 (n-6):omega-3 (n-3) fatty acid ratio on immune function, eicosanoid production, and lipid peroxidation in young and aged dogs. V et. Immuno. Immunopath. 69:165-183.
  • 25 Kilpatrick, J.S. 2003. Fish processing waste: Opportunity or liability. Advances in Seafood Byproducts: 2002 Conference Proceedings. P. J. Bechtel, ed. Alaska Sea Grant College Program, University of Alaska Fairbanks, Fairbanks. pp. 1-10.
  • 26. Knudson, W.A. 2003. The pet food report. Consultado el 16 de marzo de 2006. www.aec.msu.edu/Product/documents/working 1-12031.pdf.
  • 27. Krcmar, P., and E. Rencova. 2003. Identification of species-specific DNA in feedstuffs. J. Agric. Food Chem. 51:7655-7658.
  • 28. Kvamme, J. 2006. Top 10 profiles of petfood leaders. Petfood Industry, January. pp. 6-15. Locatelli, M.L., and D. Hoehler. 2003. Poultry byproduct meal: Consider protein quality and variability. Feed Management. 54(7):6-10.
  • 29. Morris, J.G. 2002. Idiosyncratic nutrient requirements of cats appear to be diet-induced evolutionary adaptations. Nutr. Res. Rev. 15:153-168.
  • 30. Murray, S.M., A.R. Patil, G.C. Fahey Jr., N.R. Merchen, and D.M. Hughes. 1998. Raw and rendered animal by-products as ingredients in dog diets. J. Anim. Sci. 75:2497-2505.
  • 31. National Research Council. 1985. NRC Nutrient Requirements of Dogs. National Academy Press, Washington, DC.
  • 32. National Research Council. 1986. NRC Nutrient Requirements of Cats. National Academy Press, Washington, DC.
  • 33. National Research Council. 2006. NRC Nutrient Requirements of Dogs and Cats. National Academy Press, Washington, DC.
  • 34. Packaged facts. 2006. www.packagedfacts.com/pub/1087709.html. Consultado el 31de marzo de 2006.
  • 35. Palstinen, T., K. Punnonen, and P. Uotila. 1985. he fatty acid composition of 12 North- European fish species. Acta. Med. Scand. 218:59-62.
  • 36. Parsons, C.M., F. Castanon, and Y. Han. 1997. Protein and amino acid quality of meat and bone meal. Poult. Sci. 76:361-368.
  • 37. Pearl, G. 2003. President, Fats and Protein Research Foundation, comunicación personal.
  • 38. Pearl, G. 2004. Tech Topics: Meat and bone meal usage in modern swine diets. Render. 33(2):50-53,57.
  • 39. Pesti, G.M., R.I. Bakalli, M. Qiao, and K.G. Sterling. 2002. A comparison of eight grades of fat as broiler feed ingredients. Poult Sci. 81:382-390.
  • 40. Pet Food Institute. 2003. petfoodinstitute.org/reference_pet_data.cfm. Consultado el 25 de marzo de 2006.
  • 41. Pike, I.H., and E.L. Miller. 2000. Fish Advantages: Fish meal and oil as a source of omega-3 fatty acids in petfood. Petfood Industry, October. pp. 18-22.
  • 42. Riaz, M.N. 2003. Extrusion Basics. Petfood Technology. J.L. Kvamme and T.D. Phillips, ed. Watt Publishing Co., Mt. Morris, IL. pp. 347-360.
  • 43. Reynolds, A.J., C.R. Taylor, H. Hoppelar, E. Wiebel, P. Weyand, T. Roberts, and G. Reinhart. 1996. The effect of diet on sled dog performance, oxidative capacity, skeletal muscle microstructure, and muscle glycogen metabolism. Recent Advances in Canine and Feline Nutritional Research. Proc. of the 1996 Iams International Nutrition Symposium. D.P. Carey, S.A. Norton, and S.M. Bolser, ed. Orange Frazer Press, Wilmington, OH. pp. 181-198.
  • 44. Rokey, G. 2003. Semi-moist/semi-expanded petfoods. Petfood Technology. J.L. Kvamme and T.D. Phillips, ed. Watt Publishing Co., Mt. Morris, IL. pp. 376-379.
  • 45. Scott, D.W., W.H. Miller Jr., G.A. Reinhart, H.O. Mohammed, and M.S. Bagladi. 1997. Effect of an omega-3/omega-6 fatty acid-containing commercial lamb and rice diet on pruritus in atopic dogs: Results of a single-blinded study. J. Vet. Intern. Med. 61:145-153.
  • 46. Shirley, R.B., and C.M. Parsons. 2001. Effect of ash content on protein quality of meat and bone meal. Poult. Sci. 80:626-632.
  • 47. Smeets-Peeters, M., T. Watson, M. Minekus, and R. Havenaar. 1998. A review of the physiology of the canine digestive tract related to the development of in vitro systems. Nutr. Res. Rev. 11:45-69.
  • 48. Swisher, K. 2005. Market Report 2004: A roller coaster year and hope for the future. Render. 34(2):10-16.
  • 49. Turek, J.J., B.A. Watkins, I.A. Schoenlein, K.G.D. Allen, M.G. Hayek, and C.G. Aldrich. 2003. Oxidized lipid depresses canine growth, immune function, and bone formation. J. Nutr. Biochem. 14:24-31.
  • 50. USDA-ARS. 2006. USDA National Nutrient Database for Standard Reference. www.nal.usda.gov/fnic/foodcomp/search/. Consultado el 25 de marzo de 2006.
  • 51. U.S Bureau of the Census Trade Data. 2006. U.S. exports of pet foods. www.fas.usda.gov. Consultado el 25 de marzo de 2006.
  • 52. Waldron, M.K., A.L. Spencer, and J.E. Bauer. 1998. Role of long-chain polyunsaturated n-3 fatty acids in the development of the nervous system of dogs and cats. J. Am. Vet. Med. ssoc. 213:619-622.
  • 53. Wang, X. 1997. Effect of processing methods and raw material sources on protein quality of animal protein meals. Ph.D. Thesis, University of Illinois, Urbana, IL.
  • 54. Wang, X., and C.M. Parsons. 1998. Effect of raw material source, processing systems, and processing temperatures on amino acid digestibility of meat and bone meals. Poult. Sci. 77:834-841.
  • 55. Yamka, R.M., U. Jamikorn, A.D. True, and D.L. Harmon. 2003. Evaluation of low-ash poultry meal as a source in canine foods. J. Anim. Sci. 81:2270-2284.
  • 56. Zoran, D. 2002. The carnivore connection to nutrition in cats. J. Am. Vet. Med. Assoc. 221:1559-1567.
Temas relacionados
Únete para poder comentar.
Una vez que te unas a Engormix, podrás participar en todos los contenidos y foros.
* Dato obligatorio
¿Quieres comentar sobre otro tema? Crea una nueva publicación para dialogar con expertos de la comunidad.
Crear una publicación
Súmate a Engormix y forma parte de la red social agropecuaria más grande del mundo.
Iniciar sesiónRegistrate