Argentina - Se acentúa la liquidación de vientres vacuno

Luego del acuerdo que el sector cárnico alcanzó con el Gobierno el 9 de mayo pasado, los ingresos en Liniers parecen haberse recuperado rápidamente, alcanzando los niveles anteriores a la intervención del mercado de hacienda. Pero de acuerdo con los productores y analistas consultados, esto no se puede atribuir a una mayor confianza en el mercado, sino a un fenómeno que, en materia ganadera, tiene una difícil vuelta atrás: la liquidación de vientres, que en junio llegó al 48,2% y en el primer semestre de 2007 promedió el 46% del total de la faena. "Una faena de entre el 20 y el 25% de las madres se considera reposición, que es cuando se descartan las vacas que no sirven y se recuperan con las crías que van naciendo o lo que se compra afuera. Pero si la faena de hembras ya pasa el 40% estamos hablando de un proceso de liquidación de vientres", explicó Daniel Asseff, economista de Coninagro. "Esto, dicho en criollo, significa ni más ni menos que se está vendiendo la fábrica de carne", agregó el técnico. Los últimos números de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra), elaborados sobre la base de las estadísticas de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), prueban lo dicho por Asseff: por ejemplo, entre enero y junio de este año se liquidaron 3,21 millones de hembras, 1 millón más que en igual período de 2006. Además, según advirtió Ciccra, esta faena explica el 75% del crecimiento de la faena de vacunos en el semestre analizado. Si se toman en cuenta las categorías, según Ciccra en el primer semestre de 2007 las mayores alzas de la faena se observaron en las categorías ternera (tuvo un aumento del 128%) y vaca (35%). Otro dato a tener en cuenta es el peso promedio por animal faenado en el primer semestre de 2007: 218 kilos, casi un 5% menos de peso promedio registrado en el mismo semestre de 2006. "Es cierto que hay mucha oferta de hacienda, pero no sólo por la liquidación de madres, sino también por las heladas que afectaron la oferta forrajera, y como los costos del maíz y los balanceados son altos se hace imposible mantener el rodeo", explicó Ernesto Ambrosetti, economista de la Sociedad Rural Argentina. Una consulta a los productores bonaerenses permitió confirmar la tendencia. "Entre la incertidumbre y la baja rentabilidad que tiene el negocio ahora, la sequía y la competencia de la agricultura, se está vendiendo mucho. Para dar una idea, hoy los consignatarios del interior no toman consignaciones hasta dentro de quince días, ya que la oferta supera ampliamente la demanda", dijo Jorge Srodek, dirigente de Carbap y productor del sudoeste bonaerense. Según Srodek, la desesperación por vender no hace otro efecto que tirar abajo los precios. Y muestra los números: vacas preñadas que valían 700 o 800 pesos se venden a 300, novillos que hace dos meses valían 320 se venden a 285; terneras, a 230. No faltará carne Para el Gobierno, la faena de hembras implica una buena noticia en el corto plazo, ya que el frío y la liquidación de vientres implican también más oferta de hacienda y de carne por lo menos hasta las elecciones de octubre. Claro que si este proceso se sostuviera en el tiempo podría implicar una reducción del stock, que derivaría en una nueva e inevitable suba del precio de la carne, por una menor oferta. "El proceso de liquidación se considera grave cuando se mantiene, porque implica descapitalización. Si sigue en los próximos seis meses, estaría marcando un ciclo importante, y en el mediano plazo habría escasez de terneros y la consecuente disminución de novillos para carne", analizó Ambrosetti. Cuándo podría suceder esto es algo que no se puede predecir, pero los consultados creen que en dos años (en 2009) ya podría sentirse el efecto. Y la historia les da la razón: históricamente, el actual porcentaje de faena de madres sólo fue superado en los primeros meses de 1996. El resultado no se vio en lo inmediato, sino dos años después, en 1998, cuando el valor de la hacienda tocó el máximo histórico en dólares. Para los expertos, el mayor problema es que, una vez que se produce la escasez, recuperar la producción depende de una realidad inalterable: los ciclos biológicos. Producir un animal para carne en el sistema tradicional toma tres años, y con engorde, dos, con lo que, de producirse una hipotética escasez de carne, ésta se solucionaría sólo en 2010. ¿Y cómo se frena la liquidación o se recupera el stock? Incentivos es la clave. "Habría que disminuir impuestos, dar créditos blandos y compensaciones o incentivos a los que retienen vientres y abrir el mercado ruso y todos los que compren vaca de conserva o termoprocesados. Eso va a traccionar el precio de la vaca, lo que va a generar nuevas inversiones en ganadería", recomendó Asseff. Cambio de hábitos La liquidación que se ve en la pampa húmeda tiene una contracara: la expansión de la ganadería en el Norte. "Hay una gran disparidad: están los ganaderos de 200 vacas, que son la mayoría, que están completamente desanimados y no invierten. Y por otro lado uno va al Norte y parece que no alcanzan los animales para satisfacer los requerimientos de las inversiones", dijo el productor Arturo Vierheller. En esto, Asseff y Ambrosetti creen ver un cambio de tendencia: las zonas de invernada que tengan buenas condiciones se van a dedicar a la agricultura y los animales se van a concentrar en los lugares donde la agricultura no es posible. "Vamos a un cambio del sistema de producción, que va a ser mucho más rápido de lo que se dio en otros países por las cuestiones de coyuntura. En las zonas de invernada se va a hacer agricultura y en las zonas de cría, donde no hay mucha capacidad para hacer novillos pesados, se va a complementar la cría con sistema de engorde a corral, para terminar los animales en las mismas zonas", vaticinó Ambrosetti.