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Subproductos reciclados de origen animal en la nutrición avicola

Publicado: 9 de noviembre de 2014
Por: Dr. Jeffre D Firman, Profesor de Nutrición. University of Missouri USA
Resumen

La industria avícola de Estados Unidos tiene una larga historia en cuanto a la utilización de los productos reciclados de origen animal en los alimentos balanceados. Por lo general, las grasas recicladas son más bajas en costo que los aceites vegetales como el aceite de soya, que se usa de manera cosiderable en otros países. Esto permite tasas de inclusión más altas de grasa y por lo tanto dietas más altas en energía. Estas dietas más altas en energía proporcionan un crecimiento más rápido y una mejor conversión alimenticia lo que brinda una ventaja competitiva a la industria avícola estadounidense. Las fuentes de proteína recicladas son también de gran ayuda para la industria avícola. Hay una gran variedad de productos de alta calidad a disposición, entre las que se encuentran la harina de carne y hueso (HCH), la harina de subproductos avícolas (HSA) y la harina de plumas (HPl). Cada una de estas es una excelente fuente de nutrientes específicos, que por lo general proporcionan una fuente redituable de proteína. La HCH proporciona una excelente fuente de aminoácidos y fósforo. La HSA brinda incluso niveles mayores de proteína y energía, además de que sirve como una excelente fuente de fósforo. La HPl es muy alta en aminoácidos azufrados. En combinación, estos productos se pueden usar para proporcionar ahorros sustanciales a la industria avícola, por lo que el uso de estos productos es bastante alto en esta industria. El uso de estos productos se calcula que le ahorra a la industria hasta $10 dólares por cada tonelada de alimento balanceado que se produce en Estados Unidos. La fuerte utilización de estos productos por la industria avícola es la norma y se espera que continúe así en el futuro.

 

La industria avícola
La industria avícola en Estados Unidos y en todo el mundo ha sido testigo de grandes cambios en los últimos 50 años. Al tiempo que el consumo de las aves y de los productos avícolas ha aumentado de forma espectacular en este mismo periodo, los cambios en la estructura de la industria son tal vez más drásticos. La industria ha pasado de los productores a pequeña escala de productos para comidas especiales, a ser un proveedor de una fuente importante de proteína animal consumida en Estados Unidos. En todo el mundo, ha habido también una explosión de la producción avícola. En los países desarrollados, la industria avícola funciona de la misma manera que en Estados Unidos, mientras que en países menos desarrollados, aunque a escala más pequeña, el modelo estadounidense es la meta para el desarrollo de la industria. La producción y el sacrificio de pollo en Estados Unidos fue de 8,900 millones de aves en 2004 (Watt Poultry, 2004) y continúa en aumento. El sacrificio mundial de pollos también llegó a un récord de más de 46 mil millones de aves al año. La evolución de la industria ha resultado en avances en la formulación de las dietas conforme salen al mercado nuevos productos y tecnología. Conforme se ha ido dando esta evolución, las formulaciones se han hecho más sofisticadas, al pasar de hacerlas a mano a la formulación con computadora, de utilizar como base la proteína total a utilizar como base los aminoácidos digestibles y la incorporación de una gran variedad de fuentes de micronutrientes. Todo esto ha llevado a reducir los costos y a maximizar el desempeño de las aves en la industria avícola estadounidense. La disponibilidad de una gran variedad de subproductos reciclados de origen animal ha sido de gran beneficio para la moderna industria avícola.
 
Uso de subproductos de origen animal reciclados en los alimentos avícolas
La industria avícola de todo el mundo ha tenido una larga historia con el uso de las proteínas animales y de una gran variedad de grasas recicladas. Básicamente, todas las fuentes de proteínas y grasas han sido y continúan siendo usadas en cantidades importantes en Estados Unidos, en la que el principal problema son los valores relativos en comparación con otras fuentes de proteína, tales como la harina de soya. Los productos que actualmente se utilizan son las harinas de carne de origen rumiante, de origen porcino y de origen avícola, así como los productos de la sangre y los de grasa de cada uno de éstos, y la harina de plumas. Además, hay ahora una producción limitada de harina de gallina entera que se usa como un método de eliminación de las gallinas ponedoras de descarte. Cada uno de estos productos se ha utilizado con éxito en diversos niveles en los alimentos de aves de todo tipo, en donde los más altos van hacia los pollos de engorda y los pavos, debido a sus necesidades relativamente más altas de proteína en comparación con las gallinas ponedoras.
Estos productos de origen animal proporcionan nutrientes necesarios para las aves a precios razonables en comparación con los productos competitivos; de hecho, los precios tienden a fluctuar con base en los precios de estos productos competitivos. Existe también algo de interés en mejorar el desempeño mediante la sustitución de una parte de la harina de soya en los alimentos avícolas con productos de origen animal. La porción de oligosacáridos de la harina de soya ha mostrado que produce algunos efectos perjudiciales en las aves. Se cree que esto se debe a una sustancia en la porción no digerible del producto que irrita el cojinete plantar. La adición de fuentes de proteína animal puede mejorar el desempeño en comparación con las dietas estándar. Aunque estos resultados se pueden deber a los niveles altos de aminoácidos limitantes, puede también explicarse por la reducción de los carbohidratos que se digieren mal en la harina de soya. Los trabajos previos en el laboratorio han indicado que si uno formula correctamente, hasta la mitad de las fuentes de proteína se pueden proporcionar con subproductos mezclados. Aunque cada producto presenta diferente contenido de nutrientes y posibles valores, la mayor parte son excelentes fuentes de energía o de proteína de alta calidad,de fósforo altamente disponible y de otros minerales.
El objetivo de este capítulo es el de proporcionar la información necesaria para utilizar estos productos en la formulación de alimentos, la metodología y las limitantes, así como la economía de su uso. Además, se proporciona una revisión de la literatura pertinente por si se requiere de información más a profundidad. En última instancia, con esta información a mano, se pueden tomar las decisiones adecuadas sobre el uso de estos productos y ahorrar dinero.
 
Uso de grasas recicladas
El uso de grasas para el alimento para animales tiene muchas ventajas. Algunos de los beneficios de la adición de grasa son:
  • Fuente concentrada de energía y el método principal de aumentar el contenido energético de la dieta
  • Mayores tasas de crecimiento
  • Mayor eficiencia alimenticia
  • Disminución del consumo de alimento
  • Fuente de ácido linoleico
  • Disminución de la polvosidad de los alimentos y reducción de la pérdida por polvo
  • Lubricante para el equipo en las plantas de alimentos balanceados
  • Aumento de la palatabilidad de los alimentos
  • El aumento a la tasa de ganancia puede disminuir la edad al mercado y aumentar la producción en los sistemas intensivos
  • Incremento de calor menor durante el estrés por calor que mantiene alto el consumo calórico
  • Puede hacer más lento el tránsito intestinal de otros alimentos, lo que resulta en una mayor digestibilidad
  • Puede mostrar un efecto “extracalórico”
  • Puede ser más redituable que otras fuentes de energía
  • Los alimentos concentrados pueden disminuir los costos de transporte al despachar el alimento
Algunas de las preocupaciones que deben hacerse notar con la utilización de la grasa son:
  • El uso de niveles más altos de grasa puede invalidar los efectos del peletizado
  • Ouede ser difícil la medición del contenido de energía metabolizable (EM)
  • Existe potencial para la rancidez
  • Deben de ser adecuadas las necesidades de equipo con relación a la adición de grasa
  • Hay una mala digestibilidad de las grasas saturadas en las aves jóvenes
Hay una serie de diferentes fuentes de grasa para aves de la industria del reciclaje de subproductos de origen animal. Las principales fuentes son grasa avícola, sebo, grasa amarilla, manteca y mezclas. En otros países, existe un uso considerable de las grasas vegetales, tales como el aceite de girasol, el aceite de soya o el aceite de palma. Generalmente, estas grasas son relativamente caras cuando se comparan con las grasas recicladas, lo que resulta en una utilización más baja de la grasa y por lo tanto, en dietas de EM más baja que en Estados Unidos. Una de las principales preocupaciones con relación al uso de la grasa es el valor real de EM que se le debe asignar a cada fuente de grasa. A menudo, en un sentido práctico es difícil de determinar este número y puede tener poco valor práctico en las formulaciones de las dietas. Cuando se analiza el contenido de energía de la grasa, por lo regular se hace de manera indirecta, mediante la sustitución de una porción del alimento administrado en la determinación de la EM. Además, la grasas puede tener un efecto extracalórico (Jensen et al., 1970, Horani y Sell, 1977), según el cual afecta la disponibilidad de nutrientes de otros ingredientes. Esto se hizo notar en el laboratorio donde se encontró que la adición de grasa resultó en un aumento de la digestibilidad de HCH (Firman y Remus, 1994). Esto explicaría por qué algunos valores de EM que se han dado a conocer son mayores que los valores de energía bruta posibles para la grasa.
Los trabajos iniciales sobre el uso de la grasa en los alimentos avícolas por lo general indican un valor de energía de EM más alto para los aceites vegetales insaturados en comparación con los productos animales o los productos con alto contenido de ácidos grasos libres (Seidler et al., 1955, Young, 1961, Waldroup et al., 1995). Sin embargo, cuando se alimenta como una porción del alimento completo, la mayor parte de los experimentos indicaron que no hubo diferencias en los parámetros de desempeño cuando se alimentaron diferentes fuentes de grasa (Seidler et al., 1955, Young, 1961, Fuller y Rendon, 1979, Fuller y Rendon, 1977, Pesti et al., 2002, Quart et al., 1992). Se pueden postular varias razones del porqué las diferencias que se observan en el valor de energía en un análisis de EM no se traducen en diferencias en el desempeño real cuando se añade a las dietas completas. Uno de éstos es que el mejoramiento en la utilización de los otros componentes de la dieta se mejora igualmente por diferentes fuentes, sin importar el contenido de EM. Una respuesta más obvia puede ser la pequeña diferencia relativa en el contenido de ME de un alimento total a niveles de inclusión típicos de grasa. Dicho de otra forma, si se alimentan dos grasas de 7,000 y 8,000 kcal/kg de EM a 3 por ciento de la dieta, la diferencia en el contenido de EM de la ración completa es solamente 30 kcal/kg, o menos del 1 por ciento, de la energía total de la dieta. Es muy pequeña esta diferencia y sería muy difícil de pescarla experimentalmente. En un estudio de Pesti y colaboradores (2002), se alimentó una gran variedad de fuentes de grasa, en las que se observaron diferencias de más de 4,000 kcal/kg. Sin embargo, cuando estas mismas grasas se alimentaron a aves en un experimento en un corral en piso, no se observaron diferencias en la ganancia o en la proporción de alimento a ganancia, lo que indica que fue similar la energía neta disponible para el ave (Leeson y Ateh, 1995). Se encontraron resultados similares en un estudio reciente del laboratorio, los cuales se muestran en los cuadros 1 y 2 (Leigh y Firman, 2005 sin publicar).
 
Cuadro 1. Crecimiento promedio de pollos de engorda alimentados con una gran variedad de fuentes de grasa.
Subproductos reciclados de origen animal en la nutrición avicola - Image 1
 
Cuadro 2. Proporciones de alimento a ganancia ajustadas para una gran variedad de fuentes de grasa en pollos de engorda.
Subproductos reciclados de origen animal en la nutrición avicola - Image 2
 
En general, se cree que las grasas son más digeribles en las aves viejas en relación con las aves jóvenes. Renner y Hill (1960) encontraron una baja utilización del sebo (grasa altamente saturada) en el pollito. Carew y colaboradores (1972) mostraron que la digestibilidad de la grasa se ponía en riesgo en el pollito joven, pero que aumentaba rápidamente conforme avanzaba la edad. Se obtuvieron resultados similares también en el pavo (Sell et al., 1986). Aunque este periodo de mala digestión de las grasas parece ser real, desde un punto de vista práctico es menos significativo, ya que el ave muestra una mejor utilización de la grasa bastante rápidamente.
El aumento en el nivel de energía en las dietas a través de la adición de grasas puede tener un efecto benéfico sobre el desempeño (Fuller y Rendon, 1979). Gran parte de los datos más antiguos sobre el cambio de los niveles de energía, fue en dietas que no estaban completamente balanceadas, lo que hacía que fuera difícil la interpretación de los datos. La adición de las grasas puede resultar en algunos casos en un mayor peso corporal (Sell et al., 1986), aunque en muchos casos es similar la ganancia de peso corporal, pero con una mejor eficiencia alimenticia (Pesti et al., 2002). El aumento en la grasa de la dieta mejora la eficiencia alimenticia, pero también puede resultar en una mayor acumulación de grasa (Salmon y O’Neil, 1971, Rivas y Firman, 1994). Cuando se alimenta a pavos con energía del 88 al 112 por ciento de los niveles indicados por el National Research Council (NRC), las aves muestran una mayor tasa de crecimiento (11.5 a 13.3 kg o 25.3 a 29.4 lb) y cambios espectaculares en la eficiencia alimenticia (3.41 contra 2.41 en la proporción de alimento a ganancia). Aunque en estos estudios las aves disminuyen el consumo de alimento en respuesta a las dietas de energía más alta, el consumo de energía de todas formas aumenta con el consumo mayor de ésta proveniente de la adición de grasa (Firman, 1995).
Las adiciones de grasa más allá de lo que se requiere en cuanto al ácido linoleico, han tenido resultado mixtos en dietas para ponedoras. Se necesita de un control cuidadoso del consumo de energía en las gallinas ponedoras para garantizar que las aves no estén demasiado terminadas (alto contenido de grasa corporal). Orr y colaboradores (1958) no encontraron beneficio alguno con las adiciones de 2.5 a 5 por ciento de grasa en ponedoras. Reid y Weber (1975) no encontraron cambios en la producción de huevo de ponedoras enjauladas cuando se les alimentaba con dietas de hasta un 15 por ciento de grasa añadida, aunque se mejoró la eficiencia alimenticia. La suplementación de grasa (de 1 a 2 por ciento) al inicio del ciclo de postura mejora el tamaño y la producción del huevo (Jensen, 1983), aunque esto no se vio en un estudio con 2 a 6 por ciento de grasa añadida (Bohnsack et al., 2002).
La grasa también se puede usar en la dieta para reducir el incremento de calor, el calor producido cuando se digiere la dieta. El incremento de calor de la proteína es el más alto, seguido de los carbohidratos y la grasa, que tiene el incremento más bajo. De esta manera, sería lógico que si uno pudiera aumentar la proporción de energía de la grasa, el animal sería capaz de manejar más fácilmente el estrés calórico. Debe de tenerse precaución de que la carga de calor total pueda aumentar si aumenta el contenido de energía de la dieta, aunque por lo general las aves bajo estrés calórico van a comer menos para reducir la carga de calor de la digestión. Los pollos de engorda a los que se les da la elección entre dietas altas en grasa o altas en carbohidratos prefieren las altas en grasa y se desempeñan mejor bajo temperaturas ambiente altas (Dale y Fuller, 1978). La disminución del crecimiento debido al estrés calórico cíclico es menor en pollos alimentados con dietas altas en grasa (Dale y Fuller, 1980).
 
Uso práctico de la grasa en alimentos avícolas
El uso práctico de la grasa en alimentos avícolas es sencillo, además de que efectos de la adición de la grasa están bien claros. Por lo general se fija en la dieta un nivel mínimo de grasa (regularmente del 1 por ciento) . Esto se debe a varias razones, pero por lo general se hace para garantizar cantidades suficientes del ácido linoleico. También, ayuda a reducir los niveles de polvo del alimento, lubrica el equipo y mejora la palatabilidad del alimento. Este nivel de adición del 1 por ciento por lo regular se hace sin importar el costo de la adición. Los niveles más allá del 1 por ciento de la dieta, por lo general se utilizan para mejorar la tasa de crecimiento y la eficiencia alimenticia; están mucho más relacionados con el costo de la dieta total en relación a las ganancias de desempeño que se logran. En Estados Unidos, donde relativamente, la grasa barata es la norma debido a la industria de reciclaje de subproductos de origen animal tan avanzada, es bastante común la adición de niveles más altos de grasa. La grasa en Estados Unidos por lo regular va de US$200 a US$400/tonelada, mientras que en muchos países puede tener de dos a cinco veces este precio. Una dieta típica de maíz – harina de soya con 1 por ciento de grasa va a tener un valor energético de aproximadamente 3,000 kcal/kg de EM. Cada adición del 1 por ciento de grasa va a añadir aproximadamente 50 kcal de energía. De esta manera, muchos alimentos en Estados Unidos, incluyen grasa del 1 por ciento al 3 por ciento en el alimento de iniciación y con niveles más altos en los alimentos de finalización de pollos de engorda. Los niveles más altos de adición de grasa por lo general resultan en un mejor desempeño, hasta niveles máximos que pueden añadirse físicamente a las dietas (de ocho a 10 por ciento se considera por lo regular el máximo en un alimento avícola peletizado o en harina). En muchos casos, el nutriólogo utiliza un cálculo de kilocalorías – costo para determinar la adición de energía que sea más redituable. En muchos países, el maíz es menos disponible y la harina de soya es bastante cara, lo que lleva al uso de ingredientes de calidad más baja y por consiguiente de dietas más bajas en energía. Estas dietas más bajas en energía (a veces menos de 2,700 kcal/kg de EM) resultan en tasas de crecimiento más bajas, una alta proporción de alimento a ganancia y una estructura de costos más alta. Es bastante común en muchos casos ver un desempeño general de un 20 a un 30 por ciento más bajo con la misma línea genética de pollos. La grasa económica mejoraría considerablemente el desempeño de estas aves. La utilización de la grasa en alimentos para pavos es por lo regular un poco más alta que en los alimentos para pollos de engorda, debido a los altos niveles de proteína y al bajo nivel de energía que se encuentra en la harina de soya, la cual constituye un componente importante de estas dietas.
Se han expresado una serie de preocupaciones con relación a la utilización de la grasa en un sentido práctico. Éstas principalmente giran en torno a la cantidad relativa de grasa e incluyen la rancidez, los niveles de ácidos grasos libres y MIU (humedad, insolubles e insaponificables). Muchas de estas preocupaciones pueden disiparse a través de los procesos de compra donde se pueden especificar los niveles máximos de estos componentes. La rancidez es algo a lo que se enfrenta de manera rutinaria con la adición de un antioxidante. No se consideran un problema los ácidos grasos libres por debajo del 20 por ciento, y el MIU es en muchos casos bastante bajo. El número relativo de casos de problemas reales de grasas es bastante bajo.
 
Uso de fuentes de proteínas recicladas
La utilización de fuentes de proteína recicladas para alimentos para animales presenta muchas ventajas:
  • Generalmente, tienen un costo muy competitivo con relación a las fuentes de proteína vegetal
  • En la mayoría de los casos su uso reduce el costo total de la dieta
  • Es fuente de proteína de alta calidad
  • En la mayoría de los casos es altamente digestible
  • Puede ayudar a balancear las necesidades de aminoácidos
  • En muchos casos, va a proporcionar tasas de crecimiento ligeramente más rápidas que las dietas que solamente tienen proteína de origen vegetal
  • Es una excelente fuente de fósforo altamente disponible y de otros minerales
Cabe hacerse notar algunas preocupaciones con respecto al uso de los productos reciclados de proteína:
  • Un mal control de calidad podría resultar en una disminución en la digestibilidad de aminoácidos
  • Se deben de utilizar métodos de formulación adecuados para hacer el uso más eficaz
  • Si se maneja incorrectamente, existe el potencial de contaminación microbiana
  • Variación en el producto debido a la mezcla de materias primas y a la metodología de procesamiento
El uso de los productos de proteína reciclada se ha limitado en el pasado debido a una gran variedad de razones. Las investigaciones más antiguas indicaban una disminución del crecimiento si se excedían ciertos límites, tales como el 7.5 por ciento de la dieta. Esta disminución en el crecimiento sucedió principalmente a causa de una reducción de la digestibilidad de muchos productos en relación a la harina de soya. Los datos antiguos del laboratorio indican que hay casi un 10 por ciento menos de lisina digestible en la HCH que en la harina de soya (Firman, 1992). De esta manera, conforme se aumentaban los niveles de HCH en la dieta, disminuía el nivel de lisina disponible para que usara el ave. Aunque el factor de seguridad de rutina cubría este déficit hasta cierto punto, tarde o temprano se podía desarrollar una deficiencia de aminoácidos y disminuía la tasa de crecimiento. La formulación con base a digestibilidad elimina este problema, por lo que la tasa de inclusión se ha convertido en algo menos problemático. Además, los productos más recientemente probados se acercan más a la harina de soya en términos de digestibilidad de aminoácidos. Es más probable que la tasa de inclusión máxima se deba a los altos niveles de calcio y fósforo que hay a niveles altos de inclusión, aunque las cuestiones del costo generalmente dictan niveles más bajos.
 
Productos disponibles
Harina de carne y hueso
Se ha hecho un trabajo considerable con la HCH, particularmente en el área de proteínas y aminoácidos. Firman (1992) encontró que la digestibilidad de aminoácidos de la harina de carne no difiere en pavos de diferente edad o sexo y que es similar al modelo de gallo que comúnmente se usa. La lisina y la metionina son altamente disponibles para el metabolismo, pero una cantidad significativa de cistina no está biodisponible (Wang y Parsons, 1998a). Esto es importante porque el triptofano y los aminoácidos azulfurados totales (TSAA) son los más limitantes en la HCH, seguidos de la treonina, isoleucina, fenilalanina + tirosina, lisina, valina e histidina (Wang et al., 1997). En varios informes se ha encontrado que varía mucho la calidad de la proteína de la HCH. Parsons y colaboradores (1997) encontraron que el contenido de cenizas se correlaciona a la calidad de la proteína. Se cree que está causado por la relación de proteína a cenizas en el alimento. Conforme aumentan las cenizas, disminuye la proteína. La digestibilidad de aminoácidos probablemente no disminuye (Shirley y Parsons, 2001). El método para determinar la digestibilidad también puede tener efecto, que por lo general rinde diferentes resultados (Johns et al., 1987). Las adiciones de grasa a los alimentos también han probado ser un factor, ya que se ha mostrado una mayor digestibilidad en presencia de niveles altos de grasa. El aumento en el componente de grasa de la dieta puede disminuir la motilidad intestinal, lo que deja más tiempo para la absorción. Las micelas en sí mismas pueden ayudar también a transportar los aminoácidos a la pared intestinal (Firman y Remus, 1994). La digestibilidad también puede verse afectada por la presencia de otros ingredientes, como la harina de soya (Angkanaporn et al., 1996). Se ha mostrado que la formulación de alimentos con base en los niveles de aminoácidos digestibles o biodisponibles proporciona mejores resultados que cuando se formulan con base en aminoácidos totales (Wang y Parsons, 1998b).
Uno de los factores más importantes que determinan la calidad nutritiva de la HCH es el procedimiento de procesamiento. Con las recientes preocupaciones sobre la encefalopatía espongiforme bovina (BSE), está prohibida en Estados Unidos la alimentación de HCH derivada de mamíferos a rumiantes y en la Unión Europea (EU) está prohibido alimentar todos los productos de origen animal al ganado. Esto deja a la industria avícola y porcina como los principales consumidores de la HCH de rumiantes. Cuando una harina se recicla, puede variar el tiempo, la presión y la temperatura del proceso de reciclaje. La Unión Europea ha ordenado que las harinas de subproductos de origen animal deben de procesarse a 133º C y 3 atmósferas (43.5 psi) durante 20 minutos. Desafortunadamente, la presión puede reducir la disponibilidad de nutrientes para el ave (Shirley y Parsons, 2000). Se ha comprobado también que la temperatura afecta la disponibilidad de nutrientes. La temperatura tiene la misma relación inversamente proporcional a la disponibilidad de nutrientes, como se ha visto con la presión (Johnson et al., 1998), así como con el tiempo de procesamiento (Karakas et al., 2001). El mejoramiento constante en la tecnología del procesamiento, recientemente ha resultado en una mejoría en la disponibilidad de nutrientes, pero también la variación en la calidad todavía es un problema para la industria (Elkin, 2002).
Hay otros estudios han calculado la cantidad ideal de HCH a añadirse al alimento. El nivel de inclusión de HCH en los alimentos comunes ha estado en debate debido a las variaciones en la energía metabolizable, calidad de la proteína y fósforo disponible. A menudo se incluye a un 5 por ciento o menos del alimento. Sin embargo, Sell (1996) encontró que la HCH se puede añadir con éxito a las dietas para pavos hasta en un 10 por ciento.
Como lo dice su nombre, el hueso es un componente de la HCH. Es una excelente fuente de calcio y fósforo. Drewyor y Waldroup (2000) hicieron notar que debe de monitorearse la inclusión de HCH para garantizar que no sean tan altos los niveles de fósforo que pueda surgir algún problema ambiental. Otros han encontrado que el fósforo en la HCH es altamente disponible para los pavitos (Sell y Jeffrey, 1996). Afortunadamente, se han estado desarrollando ecuaciones de predicción del contenido de fósforo, similares a las que se usaban para predecir la energía metabolizable de un ingrediente. Esta rápida determinación ayuda en la formulación de los alimentos que utilizan HCH (Méndez y Dale, 1998).
De importancia fundamental es la energía metabolizable en la HCH. Como se mencionó previamente, la variabilidad de la materia prima hace que sea difícil determinar con precisión un valor estándar. Waring (1969) encontró una EM de 1,988 kcal/kg, más bajo que muchos cálculos. El National Research Council (1994) utiliza un valor de 2,150 kcal/kg. Sin embargo, los primeros trabajos tendían a subestimar la EM de la HCH, que probablemente se encontraba entre 2,300 y 2,500 kcal/kg (Martosiswoyo y Jensen, 1988a, 1988b, Dolz y de Blas, 1992). Las especies también pueden tener efecto. Dale (1997) encontró una EM de 2,449 kcal/kg para la HCH de res y de 2,847 kcal/kg para la HCH de cerdo, mientras que otros no encontraron diferencias en las especies (Karakas et al., 2001). Ha habido también considerables discusiones sobre las metodologías usadas en la determinación de la EM de los productos de HCH. Robbins y Firman (2005) probaron una gran variedad de métodos comunes que actualmente se emplean y encontraron pocas diferencias causadas por la metodología.
 
Harina de subproductos avícolas
Es un subproducto de la industria del procesamiento avícola, el cual puede consistir de los residuos y otras partes no comestibles del pollo. Los datos originales sobre el uso de la HSA muestran resultados muy positivos para la época, como una sustitución de la harina de soya o harina de pescado, aunque las formulaciones de la dieta no eran muy sofisticadas (Gerry, 1956, Fuller, 1956, Wiseman et al., 1958). Se recolectaron también datos de mediciones de eficiencia de proteína (Escalona et al., 1986), aunque esto es menos útil hoy en día, dada la capacidad de balancear los perfiles de aminoácidos en computadora. La principal causa de la diferenciación entre la HSA y la harina de carne de aves se basa en la fuente de procesamiento. Una planta puede incluir partes de pollo, tales como canales deshuesadas del procesamiento ulterior, mientras que otras pueden vender principalmente de aves enteras y no reciclar esta parte del ave, por lo que la harina va a tener diferentes niveles de contenido de cenizas. En algunos casos, este producto se ha encarecido, ya que la alta calidad ha llevado a que se use en la industria de alimentos para mascotas en Estados Unidos, de tal manera que el producto de calidad más alta se le designa como grado alimenticio para mascotas. Por lo general se cree que el producto grado alimenticio para mascotas es más consistente con respecto a los valores energéticos, que se encuentran en un intervalo mucho más angosto que los de la HSA grado alimenticio animal (Escalona et al., 1986, Dozier y Dale, 2005). En e capítulo de alimentos para mascotas de este libro se proporciona más información. 
Cuadro 3. Porcentaje de digestibilidad de la harina de subproductos avícolas.
Subproductos reciclados de origen animal en la nutrición avicola - Image 3
La composición de nutrientes de la HSA varía ampliamente, dependiendo de la fuente de la muestra (Dozier et al., 2003), en la que el contenido de proteína varía de 49 a 69 por ciento. El contenido de energía también varía (Pesti et al., 1986) y puede predecirse de los valores proximales utilizando la siguiente ecuación de Dale et al. (1993): EMVn = (kcal/kg) = 2904 + 65.1 ( por ciento de grasa)- 54.1 ( por ciento de cenizas). También varía la digestibilidad de la HSA, pero por lo general se encuentra entre el 80 y el 90 por ciento. Las digestibilidades promedio de una gran variedad de muestras se pueden encontrar a lo largo de las fuentes comerciales, pero en el cuadro 3 se muestra un producto representativo para pavos y pollos (Firman y Remus, 1993).
Harina de plumas
La HPl consiste de las plumas molidas e hidrolizadas del procesamiento de pollos y pavos. Generalmente, se considera que la HPl es baja en digestibilidad y que tiene un mal equilibrio de aminoácidos, de tal forma que no se usa mucho en la industria avícola. Por lo general, tiene un precio económico, y normalmente se usa de 1 a 3 por ciento del alimento. Se pueden alimentar niveles más altos cuando se usan formulaciones cuidadosas. El uso de la HPl en aves ha demostrado ser eficaz en estudios antiguos, cuando se tomaba en cuenta el equilibrio de aminoácidos, siempre y cuando fuera bajo el nivel de inclusión total (Gerry and Smith, 1954, Harms y Goff, 1957, Lillie et al., 1956, McKerns y Rittersporn, 1958, Moran et al., 1968, Sullivan y Stephenson, 1957, Wilder et al., 1955). Los datos más recientes indican que la HPl es una excelente fuente de varios aminoácidos, particularmente la cistina, y aunque la cantidad total de la proteína es baja, la HPl a menudo puede ahorrar el uso de metionina sintética (Wessels, 1972). 
Cuadro 4. Digestibilidades de aminoácidos de la harina de plumas.
Subproductos reciclados de origen animal en la nutrición avicola - Image 4
El trabajo más reciente ha considerado la metodología del procesamiento y cómo esto contribuye a la digestibilidad de los aminoácidos en la HPl. Morris y Balloun (1971) encontraron un tiempo de procesamiento de 60 minutos a 50 psi que producía los mejores resultados, mientras que otros (Papadopaulos et al., 1985, Moritz y Latshaw, 2001) encontraron que el tiempo y la presión se correlacionaba negativamente para producir una HPl de alta calidad. Sin embargo, Wang y Parsons (1997) no encontraron relaciones significativas entre la temperatura y el tiempo de procesamiento. Ya se ha evaluado la disponibilidad de aminoácidos (Baker et al., 1981, Han y Parsons, 1991, Bielorai et al., 1983, Firman y Remus, 1993) y energía (Dale, 1992) de la HPl. En el cuadro 4 se muestran las digestibilidades de aminoácidos de un ejemplo de HPl para pollos y pavos. La adición de HPl de 4 a 6 por ciento a las dietas de pavos fue la inclusión máxima que no afecta negativamente el desempeño, especialmente cuando estaba en combinación con otros subproductos (Eissler y Firman, 1996). Se hizo notar que una de tasa establecida de inclusión resulta en un aumento de la proporción de la proteína total que proviene de la HPl, conforme disminuían los niveles de proteína en alimentos para pavos.
 
Utilización del fósforo
El fósforo es uno de los nutrientes más valiosos en las proteínas recicladas de origen animal. El contenido altamente disponible de fósforo en un producto dado, es en muchos casos, lo que hace que sea económicamente viable al compararse con otras fuentes de proteína. Los trabajos iniciales en la utilización del fósforo indican que es altamente disponible en los productos de origen animal (Waldroup et al., 1965). Orban y Roland (1992) encontraron que el fósforo que proviene de fuentes de harina de hueso es ligeramente menos disponible que el fosfato dicálcico. Sin embargo, los datos más recientes indican que no hubo diferencias en la utilización del fósforo de proteínas de animales y del fosfato dicálcico (Waldroup y Adams, 1994). Hoy en día, la mayor parte de los nutriólogos da por sentado un porcentaje de disponibilidad del 100 por ciento del fósforo en los subproductos reciclados de origen animal.

Uso de proteínas animales en alimentos balanceados
Los productos de la industria del reciclaje de subproductos de origen animal se utilizan mucho en la mayor parte de los alimentos para pollos de engorda y pavos en Estados Unidos. Aunque los productos se pueden utilizar de manera individual, en muchos casos, las adiciones más redituables resultan de permitir a la computadora que seleccione de una amplia variedad de fuentes disponibles. Por lo general, la HCH de origen rumiante es la fuente más redituable, seguida de la HSA grado alimenticio animal y la HPl. La HPl por lo general se añade a niveles muy bajos para ayudar a contrarrestar el costo de los aminoácidos azufrados. La HCH y la HSA se añaden como fuentes de proteína y fósforo; esta última generalmente es más alta en energía y por lo tanto llega a un mayor valor. Las tasas de adición de la HPl por lo general son menores al 2 por ciento, mientras que las de HCH y HSA pueden ser sustancialmente más altas. Desde un punto de vista del crecimiento, cuando se formula con base digestible, el nivel superior de estas adiciones puede fácilmente exceder el 10 por ciento, pero por lo general se basan más en el punto de vista de la eficiencia del costo. Si no se formula con base en aminoácidos digestibles, se debe de todas formas considerar la digestibilidad del producto y establecer una tasa de inclusión máxima, si existen diferencias considerables en la digestibilidad de la harina de soya. Dada la cantidad de datos disponibles, en el futuro todas las dietas avícolas deben de formularse con base digestible.
El problema más importante en el uso de los productos reciclados de origen animal es la variación del producto. Los formuladores deben mantener una base de datos de los análisis de productos y hacer todo esfuerzo por utilizar los mismos proveedores, para reducir la variación del producto.
 
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Libardo Criado Paba
19 de mayo de 2015
Todo lo que se pueda aprovechar, es bien venido, dado que esto contribuye a generar recursos y por ende lo mas importante la protección del medio ambiente.
Oswaldo Seclèn Effio
18 de mayo de 2015

En la producción animal, la eficiencia y la optimización en el uso de los recursos se han tornado en conceptos indispensables, junto con la sustentabilidad y la ecología o medio ambiente. El reciclaje de subproductos de origen animal, hemos resuelto el problema de qué hacer con todo lo que sobra del proceso de sacrificio de camales, subproductos de galpón etc. Sabemos que Perú es un productor de carne de aves, y por lo tanto, cuenta con una cantidad de subproductos para procesar. Además hay una responsabilidad de calidad, sanitaria y sostenibilidad del sector, sin dejar de destacar siempre su importancia económica, social y ambiental. El beneficio del uso de los residuo animal para la producción de harinas de origen animal, y como demuestra las tablas para la elaboración de concentrado animal. La industria de los alimentos, se genera una gran cantidad de residuos con un alto valor nutricional. Las investigaciones que se han realizado se concentran más en la búsqueda de estrategias para la producción limpia y sostenible en la cadena de valor de la que hacen parte las industrias productoras de harinas de origen animal. Es de importancia que el proceso de producción de harinas de origen animal con el uso de las tecnologías limpias para el fomento del desarrollo sostenible, con la generación de productos de valor agregado que mejoren la eficiencia del proceso global. Espero que con estos productos que hasta el momento los eh usado en la alimentación para ganado y no en la avicultura por la deficiencia en su calidad, ya que las empresas que lo producen no son muy confiables.

Saludos y éxitos a los investigadores de este proyecto en bien de la avicultura.
Ing. Oswaldo Seclén.

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