La superdosis conlleva características importantes para la destrucción del fitato en los animales
El número de enzimas comerciales disponibles en el mercado continúa expandiéndose y lo mismo sucede con las características de las fitasas, una de las enzimas más utilizadas en la alimentación animal.
En un análisis realizado recientemente, fue descubierta una mejor ejecución del producto con una diferenciación en calidad entre las enzimas, especialmente cuando hablamos de superdosis de fitasas, al usar dosis entre 3 y 4 veces superior a la estándar, con el objetivo de eliminar una mayor cantidad de factores anti-nutricionales.
En contraste, con la administración estándar de fitasa, donde las diferencias de liberación de fósforo son contabilizadas en las matrices nutricionales publicadas para cada producto, una superdosis eficaz depende de ciertas características claves de las enzimas que son mucho menos comprendidas.
La aceptación de la dosis ha evolucionado de forma constante desde que se presentaron varios trabajos en la Segunda Cumbre Internacional de Fitasas, realizada en Roma en el mes de diciembre de 2012, los cuales subrayaron la importancia de un número de características de la fitasa cuando se evalúa el potencial de desempeño de la superdosis.
Datos sobre las características de la fitasa como termoestabilidad, perfil de pH, y de forma crítica, la tasa de actividad a bajas concentraciones de fitato son, por lo tanto, esenciales para que los usuarios finales hagan comparaciones significativas y directas entre los productos disponibles.
La primera de esas características, que puede tener un impacto sustancial sobre la eficacia de la fitasa y que afecta directamente el desempeño de respuesta, es la termoestabilidad. Si una fitasa exhibe mayor estabilidad térmica intrínseca, por ejemplo, puede no ser necesario el uso de tecnologías de recubrimiento, cuando el desempeño de un producto comercial es capaz de sobrevivir a las temperaturas típicas de revestimiento. No obstante, cuando el objetivo es conducir al fitato tan cerca como sea posible de la eliminación, cada segundo adicional disponible para la destrucción del fitato en el estómago es valioso.
Existen también diferencias importantes en la forma en como se comportan las fitasas una vez activas en el tracto gastrointestinal. El fitato es más facilmente degradado en el ambiente ácido del estómago, de modo que la actividad de la fitasa dentro de la gama de pH entre 2.0 y 4.0 es otro indicador clave de la eficacia potencial que debe de ser comprendido.
No obstante, talvez la característica más importante emergente como una influencia en el desempeño es la capacidad de una fitasa para mantener tasas elevadas de actividad en las concentraciones más bajas del fitato. Esto tiene varias implicaciones importantes. La fitasa actuará más pronto cuando las concentraciones de fitato soluble en el estómago se incrementen después de la alimentación, y continuará actuando por más tiempo al ser descompuesto por la fitasa.
A niveles de superdosis, cuando la actividad de la fitasa alcanza el 80-85% hay eliminación total de los efectos negativos sobre la digestión de nutrientes y la actividad de la fitasa a bajas concentraciones de fitato es altamente importante.