La falta de control ambiental en las avícolas sigue generando la proliferación de moscas en sitios como El Mate, San Andrés, El Guabal y otros de la parroquia Santa Rita, ubicadas en la vía Chone-Quito.
Conocedores del problema indicaron que para evitar las moscas los avicultores deben aplicar el químico siromasina en el alimento balanceado de las gallinas ponedoras, por un periodo de 6 meses, descansando los otros 6 meses siguientes, pero este proceso no se está cumpliendo por el costo del químico.
La aplicación de la siromasina, cuyo nombre comercial es larvadex y mosquisin, debe mantenerse durante la vida productiva del ave, ya que sirve para controlar la larva de la mosca y, por ende, la propagación de este insecto hacia las viviendas, como en este caso ha sucedido, pero lastimosamente la inversión en este producto tiene un costo por quintal de alimento balanceado de 10 centavos de dólar.
Víctor Robalino, propietario de la granja avícola Monserrat, señaló que adquirir el químico le cuesta 30 dólares semanales, lo que multiplicado por los seis meses equivale a 720 dólares, aproximadamente, para alimentar a las 20 mil aves ponedoras.
Indicó que la cooperativa Avícola La Fortuna, que agremia a la mayoría de avicultores de la zona, debe implementar un programa contra las moscas, incluida la venta de químicos a bajos costo para los granjeros, porque este sector atraviesa por una difícil situación económica a raíz de la dolarización.
En la alimentación de las aves, el alimento balanceado representa el 80 por ciento del costo de producción del producto terminado, que en este caso es el huevo, cuyos márgenes de utilidad está casi a la par con la inversión que realizan los avicultores, sin tomar en cuenta la infraestructura, (galpones, jaulas, comederos, bebederos y otros) y la mano de obra de los trabajadores, dijo.
