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Influencia del estrés térmico sobre las condiciones fisiológicas del pollo de engorde a los 21 y 35 días de edad

Publicado: 20 de octubre de 2011
Por: H Borba*, JLM Mello, RC Dourado,TIR Costa, MP Berton, PA Souza, ER Secato - Universidad Estatal Paulista, Unesp, Facultad de Ciencias Agrarias y Veterinarias, Jaboticabal, São Paulo, Brasil1
Resumen

Teniendo como objetico evaluar la influencia de niveles elevados (picos) de temperatura sobre los parámetros fisiológicos de los pollos de engorde a los 21 y 35 días, se utilizaron dos cámaras climáticas, una equipada con un mecanismo de calefacción y la otra de refrigeración (grupo testigo) en las que se alojaron respectivamente 400 y 100 pollos machos desarrollados hasta los 45 días de edad, que se sometieron a períodos de estrés térmico (32°C ± 2°C) a diferentes edades. Al final de cada período de exposición a las condiciones de estrés (24, 48 y 72 horas), iniciado a los 21 y a los 35 días, se tomaron 12 animales de cada grupo en los cuales se midió el hematocrito, temperatura rectal y la frecuencia respiratoria. El valor del hematocrito no presentó diferencias significativas entre los tratamientos. Las aves sometidas al estrés térmico después de las primeras 24 horas de exposición al calor, respondieron con un aumento en la frecuencia respiratoria y en la temperatura rectal. Los pollos expuestos al estrés térmico a los 21 días de edad se adaptaron al calor. No se observó efecto acumulativo del estrés en las aves evaluadas a los 35 días de edad. Palabras Clave: Estrés térmico, Fisiología, Pollos de engorde, Temperatura.

Introducción
La temperatura ambiental se considera como el factor físico que ejerce mayor efecto sobre las aves sobre las aves, por comprometer el mantenimiento de la homeotermia. Las aves poseen un sistema termorregulador localizado en el hipotálamo, responsable de los mecanismos fisiológicos y las reacciones compartamentales que controlan y mantienen la temperatura corporal, mediante la producción y liberación de calor. Cuando la temperatura rebasa la zona de confort térmico, el animal se somete a una condición de estrés lo que hace que su organismo reaccione de manera compensatoria en un intento de aumentar la disipación del calor y mantener el equilibrio térmico corporal. Esta compensación implica un gasto de energía, lo que da como resultado una reducción en la eficiencia productiva del ave.
En situaciones de estrés térmico, los principales mecanismos que se activan en el organismo del animal son radiación, convección y evaporación, toda vez que no poseen glándulas sudoríparas (Brossi et al., 2009). Además del aumento en la frecuencia respiratoria, se presenta también un incremento significativo en la temperatura rectal y variaciones en los niveles de hematocrito, siendo la elevación de la frecuencia respiratoria el mecanismo termorregulador más eficiente para disipar calor.
El sistema sanguíneo es sensible a las variaciones de temperatura y representa un importante indicador de las respuestas fisiológicas del animal a los agentes estresantes (Borges et al., 2003). El hematocrito (porcentaje de células sanguíneas) se puede considerar como un parámetro apropiado para supervisar y registrar ("monitorear") la ascitis, siendo su valor más elevado en las aves con este síndrome (Rosário et al., 2000).
El objetivo del presente trabajo fue estudiar la influencia de niveles o "picos" elevados de temperatura sobre la frecuencia respiratoria, la temperatura rectal y el hematocrito de los pollos de engorde a los 21 y 35 días de edad.
Material y Métodos
El presente estudio se desarrolló en el Sector de Avicultura de la Facultad de Ciencias Agrarias y Veterinarias (FCAV) de la Universidad Estatal Paulista (UNESP), Campus Jaboticabal, São Paulo, Brasil. Se utilizaron 500 pollos de engorde machos de día de edad de la estirpe comercial Cobb®. El primer día las aves se alojaron en dos cámaras climáticas con temperatura de 33°C ± 2°C. Con el paso de los días la temperatura ambiental se ajustó de acuerdo con las necesidades del confort térmico de los animales. En una de las cámaras se colocaron 400 pollos en 16 divisiones, con 10 aves/m², separadas entre sí por tela de alambre galvanizado y el piso se cubrió con cama de viruta de madera, con agua y alimento a voluntad, para constituir el grupo de animales que recibió el estrés térmico. En la otra cámara se alojaron 100 pollos divididos en cuatro secciones, en las mismas condiciones que los demás, constituyendo el grupo testigo que no recibió el estrés térmico durante todo el experimento. Las aves se sometieron a fases de estrés térmico en períodos de 24, 48 y 72 horas, iniciando la primera fase con el ajuste de la temperatura interna de la cámara a 32°C ± 2°C el día 21 de vida, mientras que el grupo testigo permaneció en la termoneutralidad (27°C ± 2°C). Para obtener la a temperatura deseada se utilizaron lámparas infrarrojas y enfriadores de ambiente controlados con termostatos.
Al final de cada período se tomaron muestras de 12 animales expuestos a las condiciones de estrés y 12 del grupo testigo, en los cuales se midió el hematocrito, la temperatura rectal y la frecuencia respiratoria. La temperatura rectal se determinó introduciendo un termómetro clínico veterinario en la cloaca de las aves, mientras que la frecuencia respiratoria se avaluó por observación visual considerando el número de inspiraciones por minuto. El hematocrito (%) se determinó utilizando la técnica del microhematocrito descrita por Rosário et al. (2000), utilizando las muestras de sangre en microtubos capilares heparinizados y centrifugados a 11,500 rpm por cinco minutos. La determinación se realizó utilizando tarjetas de lectura (FANEM Ltda) con escalas estandarizadas.
Pasadas 72 horas, la temperatura interna de la cámara se ajustó nuevamente a la termoneutralidad permaneciendo así hasta el 35 de edad en que los animales se sometieron a una nueva fase de calor. El procedimiento de muestreo de los animales y la recolección de datos se llevó a cabo de la misma forma que en la primera fase de estrés, con el propósito de evaluar el efecto acumulativo de la temperatura alta sobre los parámetros evaluados.
El diseño experimental fue completamente al azar (DIC), con cuatro tratamientos (tiempos de estrés por calor) más un grupo testigo (cámara termoneutra) con 12 repeticiones cada uno.
Resultados y Discusión
A los 21 días de edad se observó que todos los animales del estudio estuvieron en condiciones fisiológicas semejantes hasta el inicio del primer período de estrés (Cuadro 1).
El aumento significativo en la frecuencia respiratoria de las aves se observó después de las primeras 24 horas de exposición al calor, mientras que este parámetro no se vio influenciado por la duración de los períodos de estrés. La frecuencia respiratoria se mantuvo elevada hasta el final de la primera fase de calor.
Cuadro 1. Valores medios de frecuencia respiratoria (FR), temperatura rectal (TR) y hematocrito (H) de las aves sometidas o no a los tratamientos (horas de estrés) a los 21 días de edad
Tratamientos
FR (resp.min-1)
TR (°C)
H (%)
Testigo
45.67 B
40.39 B
30.50 A
0
44.00 B
40.27 B
29.12 A
24
104.67 A
41.26 A
28.62 A
48
113.00 A
41.35 A
29.00 A
72
100.33 A
40.29 B
30.37 A
Prueba F
17.53 **
19.79**
1.43NS
CV (%)
33.60
1.04
4.83
Las medias seguidas de letras iguales en las columnas no presentan diferencias entre sí de acuerdo con la prueba de Tukey (5%). CV = Coeficiente de variación; NS = No significativo; **P<0.01.
Medeiros et al. (2005), al estudiar la influencia del ambiente del engorde sobre la productividad de los pollos de engorde de Avian Farm, indicaron que las aves criadas en confort térmico presentaron una frecuencia respiratoria media igual a 47 respiraciones/minuto-1, resultados que son semejantes am los encontrados en este trabajo. De acuerdo con Macari et al. (2004) este aumento en la frecuencia respiratoria es una respuesta del organismo con efectos sobre el metabolismo, que tiene el propósito de estimular la pérdida de calor mediante jadeo para mantener el equilibrio térmico corporal.
La temperatura rectal de las aves fue elevada después de 24 horas de exposición a la temperatura ambiental alta, pero después de 72 horas, este parámetro regresó a la normalidad, sin diferencias (P>0.05) con el grupo testigo (sin estrés). Considerando que para Macari y Furlan (2001) temperaturas rectales superiores a 41.1ºC caracterizan a los pollos de engorde sometidos a estrés térmico, podemos afirmar que estas aves mostraron dicha condición después de las primeras 24 horas de estrés.
El valor del hematocrito no presentó diferencias significativas entre los tratamientos (P>0.05) y no fue posible detectar la relación entre el estrés térmico y la variación en el porcentaje de eritrocitos en la sangre de las aves, corroborando los hallazgos de Silva et al. (2007) que tampoco encontraron un estándar para los valores de hematocrito en pollos de engorde sometidos a estrés térmico durante un simulacro de transporte al matadero.
El Cuadro 2 describe los resultados de las evaluaciones fisiológicas realizadas en la segunda fase de estrés térmico al que se sometieron las aves, iniciando a los 35 días de edad, con el fin de evaluar si hubo algún efecto acumulativo del estrés impuesto a los animales a los 21 días.
Cuadro 2. Valores medios de frecuencia respiratoria (FR), temperatura rectal (TR) y hematocrito (H) de las aves sometidas o no a los tratamientos (horas de estrés), a los 35 días de edad
Tratamientos
FR (resp.min-1)
TR (°C)
H (%)
Testigo
54.33 B
40.52 C
32.37 A
0
54.00 B
40.64 C
32.00 A
24
140.67 A
41.92 B
30.75 A
48
128.00 A
42.33 AB
29.62 A
72
131.33 A
42.75 A
29.87 A
Prueba F
52.33**
29.02**
0.98NS
CV (%)
20.54
1.55
8.04
Las medias seguidas de letras iguales en las columnas no presentan diferencias entre sí de acuerdo con la prueba de Tukey (5%). CV = Coeficiente de variación; NS = No significativo; **P<0.01.
Durante la segunda fase de estrés, al igual que durante la primera, todas las aves presentaban condiciones fisiológicas semejantes, pero los del tratamiento 0 formaban parte del grupo que recibió 72 horas de estrés durante la primera fase. Estas aves participaron en la recolección de datos antes de iniciar la segunda fase y presentaron resultados estadísticamente semejantes (P>0.05) a las del grupo testigo que no recibieron estrés térmico en ningún momento, señalando la ausencia de efecto acumulativo del calor intenso en el organismo de las aves.
Las aves presentaron elevación en la frecuencia respiratoria después de las primeras 24 horas y se mantuvo así hasta las 72 horas de exposición al calor. La temperatura rectal también estuvo por encima de la normalidad después de las primeras 24 horas y se mantuvo alta hasta el final de la segunda fase de calor. Nuevamente, el parámetro hematocrito no presentó un comportamiento definido que permitiese asociarlo con la condición de estrés térmico en las aves.
Conclusiones
Con base en los resultados obtenidos y en las condiciones bajo las cuales se realizó este experimento, se puede concluir que los pollos de engorde sometidos a estrés térmico a los 21 días de edad posiblemente desarrollaron mecanismos de adaptación corporal al calor, por lo que no se observó un efecto acumulativo del estrés térmico en las aves evaluadas a los 35 días de edad.
Bibliografía
Borges AS, Maiorka A, Silva AVF. 2003. Fisiologia do estresse calórico e a utilização de eletrólitos em frangos de corte. Ciência Rural 33:975-981.
Brossi C, Contreras-Castillo CJ, Amazonas EA, Menten JFM. 2009. Estresse térmico durante o pré-abate em frangos de corte. Ciência Rural 39:1296-1305.
Macari M & Furlan RL. 2001. Ambiência na produção de aves de corte pp.31-87.In: Ambiência na produção de aves em clima tropical. FUNEP. Silva, IJO. Piracicaba.
Macari M, Furlan RL, Maiorka A. 2004. Aspectos fisiológicos e de manejo para manutenção da homeostase térmica e controle de síndromes metabólicas, pp.137-155. In: Produção de frangos de corte. FACTA - Fundação Apinco de Ciência e Tecnologia Avícolas. Mendes AA, Nääs IA, Macari M. Campinas.
Medeiros CM, Baêta FC, Oliveira RFM, Tinôco IFF, Albino LFT, Cecon PR. 2005. Índice térmico ambiental de produtividade para frangos de corte. Rev. bras. eng. agríc. ambient. 9(4):660-665.
Rosário MF, Silva MAN, Martins E, Savino VJM, Coelho AAD. 2000. Influência do Genótipo e do Sexo Sobre o Valor Hematócrito em Galinhas Reprodutoras Pesadas. Rev. Bras. Cienc. Avic. 2(3):281-286.
Silva MAN, Barbosa-Filho JAD, Silva CJM, Rosário MF, Silva IJO, Coelho AAD, Savino VJM. 2007. Avaliação do estresse térmico em condição simulada de transporte de frangos de corte. R. Bras. Zootec. 36:1126-1130.
 
 
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